martes, 26 de enero de 2010

A propósito de Alejandro Cervantes Delgado y el proyecto turístico Río Azul

En la edición del 26 de enero de 2010, el periódico DIARIO DE GUERERRO publica en la columna COSMOS de Héctor Contreras Organista, la siguiente información:
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COSMOS
Héctor Contreras Organista
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En memoria de don Alejandro Cervantes Delgado, en el 84 aniversario de su natalicio
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Cierta mañana, cuando a bordo de un auto compacto íbamos a Mochitlán a realizar nuestro trabajo informativo para Diario de Guerrero, llegando a la altura de donde estuvo el pequeño edificio de la estación de radio XELI, vimos que por la avenida Rufo Figueroa iba circulando, de oriente a poniente, la camioneta en la que regularmente se transportaba el gobernador Alejandro Cervantes Delgado, seguido de otros vehículos. Venían de “Casa Guerrero”, la residencia oficial y de seguro ACD visitaría algún municipio, como lo hacía con frecuencia.
Decisión de reportero: “Los voy a seguir hasta donde vayan”.
Al llegar al poblado de Petaquillas la caravana enfiló por el camino que conduce a Mochitlán. Pasaron de largo. Tampoco se detuvieron en Quechultenango, continuaron por el camino que lleva a Colotlipa. Antes de llegar a esa población siguieron por la vereda que conduce al balneario “Santa Fe”. En ese lugar estacionaron los vehículos a la vera del Río Azul. Hice lo propio y me acerqué para saludarlos.
Don Alejandro bajó de la camioneta. Se sorprendió al ver la presencia de un reportero. Observé su molestia. Seguramente quería disfrutar esa mañana solamente con sus colaboradores más cercanos.
La presencia de alguien de la prensa obviamente que no le fue agradable, tanto que a bocajarro y visiblemente molesto preguntó:
“¿Qué anda haciendo por aquí? ¿Qué, por aquí trabaja?”
-Señor –respondí-, yo trabajo donde está la noticia… y usted es noticia.
No dijo nada más. Vi la pena que su enojo causó a sus acompañantes, entre ellos el entrañable amigo y prestigiado médico don Alberto Saavedra Ramos. El gobernador, que iba enfundado en traje deportivo y zapatos tenis, se fue caminando por la orilla del río, solo. Se acercaron al reportero don Arturo Ramírez, apreciado amigo de don Alejandro, a quien con afecto le llamaba “La Pescadita”, el ingeniero Francisco Valdez Medrano y el doctor Saavedra.
Tratando de suavizar el momento dialogaron con el reportero. Minutos después, mas tranquilo, el gobernador regresó y dirigiéndose al grupo del cual ya en forma imprudente formaba yo parte, nos dijo:
“¡Vénganse, vamos a almorzar!”
Bajo una ramada de las muchas que había para atender al turismo, una campesina preparó el almuerzo. La señora, con ojos llorosos provocado por el humo de la leña, sacaba tortillas del comal y las depositaba en un chiquihuite de donde desaparecían como por arte de magia. Para ese momento, la irritación había sido superada por el gobernador Cervantes Delgado. Amablemente pidió a la señora de la fonda:
¡Hágame una salsa de chile puto!
En tanto las “gordas” que iban saliendo del comal nos las disputábamos con sus acompañantes. Se hizo la charla y hasta bromas hubo. De pronto el gobernador, otra vez a bocajarro, me preguntó:
“¿Qué le parecería a usted que se pavimentara esta carretera, hasta la entrada de las grutas?”
-Sería algo extraordinario. Vendría más turismo. Alguna vez se lo propusimos a López Portillo, cuando vino a Guerrero en su campaña política y se sorprendió cuando le presentamos con Ernesto Rosas un documental, con el grupo UPAC. Esa ocasión López Portillo dijo que le sorprendía ver que la carretera seguía en las mismas desde cuando siendo niño vino como boy scout a visitar las grutas de Juxtlahuaca. Prometió la pavimentación, pero llegando a la presidencia de la república se olvidó de su ofrecimiento.
“Nosotros la vamos a pavimentar, vamos a rectificar el camino; vamos a promocionar la región azul”.
-Ojalá que así sea, señor gobernador. Al doctor Abarca Alarcón la gente lo recuerda porque hizo el camino pavimentado a Chichihualco. En el camino anterior, usted lo recuerda, se entraba por Zumpango, en la vieja carretera que hizo el poeta Lamberto Alarcón. Si usted pavimenta este camino la gente lo va a recordar siempre.
“Lo que no me gusta de cuando se construyen caminos –dijo el gobernador Cervantes Delgado- es que el primer camión que pasa por él, antes de que se inaugure, es el de la cerveza”.
A la mañana siguiente de haber almorzado con él y sus amigos a la vera del Río Azul, en Santa Fe, don Héctor García Cantú destacó mi nota a ocho columnas en Diario de Guerrero:
“Cervantes Delgado pavimentará el camino a las Grutas de Juxtlahuaca”.
Y no sólo eso, sino que casi completó el “Circuito Chilpancingo Azul” (Mochitlán, Quechultenango, Chilapa, Tixtla y Chilpancingo) con propósitos de atraer turismo. Quitó las ramadas del balneario Santa Fe y construyó estancias cómodas para los visitantes, hizo cabañas y un puente colgante y les dotó de servicios. Las grutas de Juxtlahuaca recibieron atención con luz y sonido y, en efecto, pavimentó la carretera hasta su entrada. En el camino que va de Petaquillas a Tepechicotlán, construyó dos paradores para que los paseantes pudieran disfrutaran del paisaje.
Lo que pasó después, terminando su sexenio, ya pocos lo recuerdan.
Las cabañas de Santa Fe no recibieron mantenimiento, se llenaron de alacranes, tarántulas y basura. Se descuidó la pavimentación del camino que construyó hasta las grutas. Hubo saqueo de material de construcción del río en las proximidades de Coatomatitlán. El cableado para la instalación del servicio de luz y sonido de las Grutas de Juxtlahuaca, se lo robaron, siendo un material muy costoso.
A la familia de don Andrés Ortega, “El Chivo”, celadores de ese lugar los despojaron del modesto apoyo económico que les otorgó el gobierno del estado. A la entrada de la gruta se construyeron instalaciones para comodidad del paseante y se empedró el camino.
Todo se echó a perder.
El antiguo tianguis de Chilapa, que era de un atractivo especial debido a su ancestral origen, desapareció. Todos los buenos propósitos que don Alejandro tuvo para “la Región Azul de Guerrero”, sólo duraron mientras él estuvo al frente del gobierno del estado.
Lo peor es que en el aniversario de su natalicio 84 el propio ACD ha sido omitido en la memoria de muchos políticos a los que impulsó, apoyó y les dio un nombre.
Alguna vez le oímos decir que “lo peor que puede haber en este mundo es la ingratitud”. No cabe duda: también fue profeta.
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Nota consultada el 26 de enero de 2010, en:

martes, 12 de enero de 2010

Una voz amuzga

En la edición del 12 de enero de 2010, LA JORNADA GUERRERO publica la siguiente nota:
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KACHYTSJOM
Por los pueblos y los caminos del Sur
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Inicia el 2010 y los pueblos originarios, los llamados pueblos indios, siguen siendo los más marginados en este país. Las mismas autoridades reconocen esta situación en las diferentes estadísticas oficiales que han dado a conocer. Los indígenas, como también se les llama, carecen de lo indispensable para una vida digna: no cuentan con hospitales ni clínicas suficientes, mucho menos con personal médico especializado ni medicina indispensable; los que cuentan con viviendas propias, muchas están hechas de láminas, con cuartos insuficientes para el número de habitantes y para las necesidades propias de una familia. No cuentan con escuelas dignas ni suficientes en número ni en los niveles necesarios, los planes y programas de estudios son totalmente ajenos a sus necesidades y contexto cultural, aunado a lo anterior, la práctica docente generalizado sigue siendo muy deficiente, lo cual hace que la educación que reciben, siga siendo fundamental para debilitar sus instituciones y prácticas culturales propias. Ahora más que antes, es más difícil vivir del trabajo del campo o de la producción artesanal que los caracterizaba, pues la sobreexplotación y la contaminación de su territorio ha sido irracional, el despojo de su tierra y sus recursos naturales de parte de caciques ha sido intenso, el bajo nivel de producción y los bajos precios de sus productos los obliga a migrar a las ciudades o a los grandes campos agrícolas, en donde lastimosamente, familias enteras terminan viviendo en condiciones infrahumanas, sin un trabajo formal, así como ocurre en las sobre pobladas colonias de las grandes ciudades.
Según la actual Constitución mexicana, el derecho a la salud, a la educación, a la vivienda digna y al trabajo está garantizado, está ganado. Según el discurso de las autoridades, en este país se respeta el estado de derecho, pero cualquier persona honesta sabe que no es así, solamente está en el discurso de las corruptas autoridades y en la promesa de los sucios políticos que así como hace muchos años, ahora siguen prometiendo, siguen lucrando, elecciones tras elecciones, con la pobreza de los pueblos originarios.
Los que hemos conocido la historia de este país, sabemos que los pueblos originarios han sido fundamentales en los movimientos de resistencia, de rebeldía y de liberación que se han dado en este país. De manera masiva participaron en el movimiento independentista y en lo que se conoce como la revolución mexicana, sin embargo hay que decirlo: siempre han sido usados por “la clase política” de este país como carne de cañón, pues por sus aspiraciones libertarias han puesto los muertos, pero lastimosamente siguen sumido en la pobreza, en la marginación social y política hoy en día.
A pesar de todo, y en la mayoría de las veces, en contra de todo, hoy en día siguen siendo en la práctica los que con mayor fuerza y claridad han defendido su derecho a la vida: su cultura, su tierra, sus recursos, sus principios y valores, su autonomía ante los embates del capitalismo. Y no sólo se han defendido, sino que están construyendo otra manera de convivir entre ellos y con los demás, sin perder de vista su relación con la madre tierra y sus recursos, y no es que estamos idealizando a los pueblos originarios, simplemente reconociendo que a pesar de tener casi todo en contra, no se han dado por vencido, al contrario, para muchos son la esperanza de que en este país la dignidad, la solidaridad, el humanismo, la colectividad, son más importantes que el dinero.
Estamos iniciando ya el año 2010, un año que muchos dicen, piensan, desean que sea histórico, así como han sido el año 1810 y el 1910 para nuestro país. Por lo pronto las autoridades, en complicidad con las grandes empresas, se han encargado de agudizar las condiciones de explotación, represión, marginación y despojo hacia los pueblos originarios y en general al pueblo de México. Un movimiento que pretenda generar cambios de fondo en la vida social de nuestro país no puede darse sin la participación activa y decidida de los pueblos originarios, a quienes ya no se debe de usar nuevamente como carne de cañón, tampoco para cambiar de amo durante los procesos electorales, es tiempo ya, de que entre todos los oprimidos, pueblos originarios y los marginados de este país, se inicie la construcción de una sociedad diferente, en donde las personas y los recursos naturales sean más importante que el dinero.
Yo soy tsancue ñomndaa, llamado también indígena amuzgo, por lo mismo, no puedo asumir una postura “neutral” o mirar las cosas desde fuera, ya que de alguna manera he sentido los agravios que ha padecido mi pueblo en estos últimos años, también participo, en la medida de mis limitadas posibilidades, en la construcción de alternativas que como colectividades estamos planteando. En este espacio, si la mano del poder no me alcance, trataré de denunciar y comentar los problemas que vivimos los pueblos originarios, en especial, los de Guerrero, pero no sólo eso, también daré a conocer los esfuerzos organizativos, las alternativas que los pueblos van construyendo, así también nuestras aspiraciones de un mundo mejor.
kachytsjom@gmail.com
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