jueves, 29 de julio de 2010

Sobre la migración guerrerense y la Ley Arizona

La Ley Arizona ya está aquí
Esthela Damián Peralta.
Aun cuando la jueza federal Susan Bolton ordenó de último momento bloquear las partes más polémicas, hoy entró en vigor la Ley SB1070 en Arizona y es difícil cantar victoria. Con la nueva legislación, miles de guerrerenses que emigraron a aquella entidad de los Estados Unidos en forma indocumentada, y sus familias que reciben remesas mensuales en México, comenzarán a ver incrementados sus problemas.
La citada ley entró en vigor este jueves, como estaba previsto, pero sin sus partes de mayor controversia, la mayor de ellas, la que obligaba a la fuerza policial de Arizona a arrestar a los inmigrantes indocumentados sobre quienes pesaran “sospechas razonables”. Y es que en este contexto, los rasgos físicos hispanos en una persona podrían ser considerados como “razonables” como para privarle de su libertad y ser investigado.
También quedó en suspenso la aplicación de otra sección que obliga a los inmigrantes a llevar encima siempre la documentación que demuestre que se encuentren de manera legal en el país. Paralelamente se bloqueó la parte que convertía en delito el que los inmigrantes indocumentados pudieran pedir empleo en lugares públicos.
A pesar de que la decisión de la jueza significa un alivio temporal, los gobiernos nacional y estatal tienen que preparar cuanto antes la defensa de nuestros connacionales. Nada indica que los conservadores y el ala derechista más radical en Arizona, vayan a cejar en su empeño por criminalizar a los migrantes.
En el caso de Guerrero, el primer obstáculo para atender a nuestros paisanos que se están viendo afectados con está ley, es que por principio ignoramos cuántos son en realidad. Las autoridades del estado han estimado su número en siete mil, pero organizaciones como la Unión de Campesinos y Emigrantes Mexicanos (UCEM), hablan de una cifra superior a 50 mil.
Los últimos datos disponibles, los del Censo Nacional del año 2000 que realizó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), dan cuenta de que 73 mil 215 habitantes de Guerrero se fueron de la entidad para vivir en Estados Unidos. La cifra significa que emigraron 24 de cada mil habitantes, un índice de 2.4%, mientras que la media nacional es de 1.6%.
De acuerdo con las estadísticas disponibles, los municipios del norte del estado son los que registran los más altos grados de intensidad migratoria hacia los Estados Unidos, en particular, la región Norte y Tierra Caliente. En el resto del estado, los municipios de la parte oriental registraron una intensidad muy baja, y en la parte occidental una intensidad media.
Entre los municipios con muy alta intensidad migratoria destacan Cocula y Huitzuco de los Figueroa en la región Norte; Alpoyeca y Tlalixtaquilla de Maldonado en la región de la Montaña; y Cutzamala de Pinzón en Tierra Caliente.
En estas primeras semanas posteriores a la entrada en vigor de la Ley SB1070 comenzaremos a ver sus resultados. Iremos sabiendo en los hechos de la magnitud del problema, no solamente de los migrantes, sino de sus familias que en Guerrero dejarán de percibir las remesas que mensualmente ayudan, y mucho, a paliar la pobreza.
La situación no es fácil. Los migrantes se fueron –todos lo sabemos– porque no encontraron en nuestro país las oportunidades que buscaban. Hoy, desgraciadamente, México no está mejor. La tasa de desempleo se sitúa alrededor del cinco por ciento de la Población Económicamente Activa y las pocas fuentes de trabajo que llegan a crearse, resultan insignificantes frente a los cientos de miles de jóvenes que cada año se incorporan a la edad laboral.
Quienes enfrentan cotidianamente la imposibilidad de incorporarse a un puesto formal de trabajo, engrosan cada día las filas del comercio informal, y la mayoría de empleos son mal remunerados. Por lo demás, venimos apenas reponiéndonos de la crisis económica que pegó duro el año pasado.
A pesar de todo lo anterior, hay que estar preparados para auxiliar y apoyar a nuestros paisanos que opten por regresar. Pensar en proyectos productivos, en programas de empleo emergente; en defensa jurídica en los Estados Unidos. Será necesario desplegar acciones no solamente desde los gobiernos, sino también en el Congreso, en las organizaciones sociales y en el conjunto de la sociedad.
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Tomado de:

miércoles, 28 de julio de 2010

Uno nota de Mario Melgar Adalid

Obama, humildad democrática
Mario Melgar Adalid
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La proximidad de las elecciones convierte los caminos políticos en sinuosas y resbaladizas avenidas. Obama enfrenta ahora dificultades que nadie hubiera considerado cuando ganó la presidencia. La más reciente es la complicación por su trastabillante política racial. Nadie hubiera imaginado que el primer presidente negro de Estados Unidos enfrentara problemas de color. La explicación es que el color de Obama es solamente exterior, su alma es blanca como en la canción de Meta Guacha.
Hace un año exactamente, Obama tuvo que resolver aquel problema del policía que detuvo injustificadamente a un profesor negro de Harvard. Obama exclamó que el policía había actuado estúpidamente. Se incendió una hoguera que tuvo que apagarse con cerveza fría, compartida en la Casa Blanca por el policía, el profesor de Harvard y el presidente. Ahora, quien actuó estúpidamente fue el gobierno federal, impulsado por un video, preparado por Andrew Breitbart, experto en manipulaciones. Se trata del mismo blogger conservador que promueve videos contra la administración de Obama, a quien muchos republicanos consideran radical, musulmán y socialista. El Departamento de Agricultura, sin averiguación previa, cesó a Shirley Sherrod, cabeza de la oficina del Departamento de Agricultura en Georgia. Aparentemente había discriminado, hacía veinte años, según el video, a unos agricultores blancos.
La misma National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), la más importante en salvaguardar los derechos de los afroamericanos, se fue con la finta y aplaudió el cese de Sherrod. Esa organización fue creada en 1909 para enfrentar la violencia racial, se ocupó de ir en contra de la educación separada y logró que la Suprema Corte erradicara la segregación racial en Estados Unidos. Al final de la II Guerra Mundial, la NAACP apeló al mundo a través de la ONU, al declarar que no era la Unión Soviética la amenaza a Estados Unidos, sino Mississippi. Algo como decir en México que el peligro no son los narcos sino el gobierno que no sabe cómo combatirlos. Con todo y su legendario pasado se equivocó y condenó a Sherrod.
Se les olvidó que el video fue manipulado, no recordaron quién es Sherrod y lo que representa. Su padre fue asesinado en 1965, seguramente por razones raciales, por un hombre blanco que nunca fue procesado. A partir de entonces, decidió dedicar su vida a la lucha racial. Casó con el reverendo Charles Sherrod, líder del movimiento de derechos humanos y cofundador del Comité Coordinador Estudiantil No violento. Las personas blancas que supuestamente habían sido discriminadas por ella, salieron a la luz para declarar que sin su ayuda hubieran perdido sus parcelas agrícolas. Que era una funcionaria ejemplar.
Ante tal evidencia y el arrepentimiento de la NAACP, el gobierno tuvo que pedir perdón con enorme pesadumbre por haberla obligado a renunciar. Le ofrecieron nuevamente su trabajo. Ella declaró que en realidad lo que hacía falta es que Obama le hablara por teléfono. Al enterarse éste, le llamó inmediatamente por teléfono. Le explicó durante siete minutos su pesar y le aseguró el sincero arrepentimiento del secretario de Agricultura.
El asunto parece zanjado. Da una enseñanza democrática: la capacidad para reconocer una equivocación, saber pedir una disculpa y enderezar el rumbo extraviado. Entre nosotros, uno de los peores legados del viejo régimen fue la arrogancia para jamás aceptar un error. Legado que recibieron Fox y Calderón, del cual el PAN no ha podido desembarazarse y ha acrecentado. La gran mayoría de los mexicanos sabemos que la estrategia de Calderón contra el crimen y la violencia está equivocada. Sólo el gobierno y el PAN piensan que no. La rectificación de Obama y de su gobierno es un buen ejemplo de humildad democrática que tanta falta hace en nuestro país.
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Publicado en Excelsior, 28 de julio de 2010.

martes, 20 de julio de 2010

Situación en Estados Unidos: política y migración, de Mario Melgar Adalid


'Say no to Socialism'
Mario Melgar
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Hace tiempo acabó la luna de miel de Obama. Asediado por los conservadores temerosos de una revolución social, así sea democrática, Obama espera las elecciones intermedias que auguran una derrota que le podría hacer perder su exigua mayoría en el Congreso. Los republicanos van con todo y si bien no tienen todavía un líder único visible, son muchos los espacios que disputarán a los demócratas. Además del Congreso, las elecciones para gobernadores serán una pauta de lo que podría ser su intento de reelección en 2012. La economía no reacciona, el desempleo aparece como si Obama lo hubiera ocasionado. Nadie recuerda los aciagos días de Bush, los últimos, cuando la economía parecía colapsarse junto con la General Motors.
El tema migratorio reapareció con nuevas y más sólidas raíces. Cualquier solución en cualquier sentido, endurecer la política migratoria o ir por una amnistía para muchos millones, requiere la participación de los republicanos y de los demócratas que no están convencidos de la política de Obama. Eso sin tomar en cuenta al Poder Judicial que tendrá que resolver varias causas.
La Ley SB 1070 amenaza con una rebelión de varios estados por intentar legislaciones similares. La participación de un número importante de estados, a través de sus abogados generales, en el litigio y a favor del texto de la gobernadora Brewer, es un indicador de que la mandataria local republicana no está sola. El abogado general del estado de Michigan, Mike Coz, serio aspirante republicano al gobierno de Michigan, encabezó una demanda a favor de la ley. Lo acompañaron Alabama, Florida, Nebraska, Pensilvania, Carolina del Sur, Sur Dakota, Texas y Virgina. El argumento de los abogados estatales es que leyes como la de Arizona son indispensables en tanto consideran que el gobierno federal no ha hecho nada en materia migratoria, por lo que corresponde a los estados ejercer esa facultad. Las encuestas muestran 60 por ciento de la población a favor de la ley de Arizona
La rebelión estatal contra el gobierno federal no es algo inédito en la historia política de Estados Unidos.
Los conflictos entre las facultades del gobierno federal y las de los estados ocupan muchas páginas de la historia judicial. La Suprema Corte ha dado la razón al gobierno federal y también a los estados. La moneda está en el aire.
Mientras tanto, la sociedad estadunidense se moviliza a su manera. En las colonias de clase media acomodada se asoman en los prados de las casas carteles con el aviso "Say no to Socialism". Eso indica que quienes las muestran no conocen la política de Obama y menos saben lo que es el socialismo. No obstante han surgido otras manifestaciones más agresivas.
En Utah, estado cuya parte de su territorio alguna vez fue mexicano, se difundió una lista de mil trescientos supuestos ilegales en que se dan datos personales de sus identidades, con el propósito que sean deportados. La lista contiene los nombres, número de seguro social -clave para efectos de identificación- fecha de nacimiento, lugar de trabajo, teléfono, nombre de los hijos y fechas de probables alumbramientos de las mujeres embarazadas. La información cuya divulgación es ilegal y podría constituir delitos tiene atemorizados a los migrantes de ese estado vecino de Arizona.
Legisladores de Utah como de muchos otros estados, Nevada, Texas y Oklahoma y entre otros, preparan leyes estatales sobre migración, similares a la de Arizona, para discutirlas en sus congresos,.
En unos días entrará en vigor la Ley SB 1070, a menos que la juez Bolton, que lleva la causa, decida suspenderla.
Sus efectos perjudicarán la vida de cientos de miles en Arizona.
Afectará también a muchas familias en México. Un problema más para la abultada agenda nacional. No sabemos de ningún plan para enfrentar esta nueva contingencia.
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Publicado en Excelsior, 20 de julio de 2010:

martes, 13 de julio de 2010

Sobre ley de Arizona

Persíganlos, pero no porque parezcan mexicanos
Mario Melgar Adalid
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Obama impugnó la constitucionalidad de la ley de Arizona. El proceso iniciado en un juzgado federal de Arizona llegará seguramente a la Suprema Corte, en tanto, una de las dos partes, el gobierno federal o el estatal, apelarán el fallo del juez de distrito que les sea adverso. Cualquiera que sea el resultado judicial, es previsible que finalmente se dé una reforma migratoria, la que tan cerca estuvo de lograrse antes del 11 de septiembre. Nunca tan cerca, nunca más lejos. El alcance de la reforma dependerá del arreglo de Obama con republicanos y demócratas aún no convencidos. Primero vendrán las elecciones intermedias.
La impugnación de Obama no defiende los derechos de los migrantes ni responde a un planteamiento internacional, contenido en aquel deshilvanado discurso de Calderón en Washington. Es un tema técnico sobre el federalismo. El juez resolverá un conflicto del gobierno federal con el estado de Arizona. El juez y probablemente la Suprema Corte tendrán que definir si las facultades para fijar, conducir y ejecutar la política migratoria corresponden al gobierno federal o si las entidades pueden intervenir en asuntos migratorios como pretende Arizona. No están en juego las violaciones a derechos consagrados por la Organización de las Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos, sino una controversia sobre facultades de los estados.
Para Obama, en el sistema constitucional de Estados Unidos -dice su demanda- el gobierno federal tiene preeminente autoridad para reglamentar las cuestiones migratorias. Si bien los estados pueden afectar a los extranjeros, los estados no deben establecer su propia política migratoria o aplicar sus leyes si éstas interfieren con las federales. El juez federal y eventualmente la Suprema Corte de ese país resolverán si la ley de Arizona vulnera la Constitución.
Mientras el juez resuelve, los gobernadores mexicanos fronterizos, los más asediados por el crimen organizado y el narcotráfico, han dado una lección de dignidad diplomática. En alianza PRI-PAN, los cinco gobernadores enviaron una carta a la gobernadora de Arizona para comunicarle su decisión de no asistir a la reunión de Gobernadores Fronterizos Estados Unidos-México a celebrarse en Phoenix. La gobernadora les contestó contrariada que la reunión era una buena plataforma para dialogar sobre asuntos de importancia fronteriza. La dio por cancelada, lo que generó un desencuentro entre los gobernadores estadunidenses.
Bill Richardson, hijo de oaxaqueña, gobernador de Nuevo México, envió el mensaje de que la gobernadora Janice Brewer no tiene facultades para cancelar la cita y que sería deseable que se hiciera en otro estado, con o sin la participación de la gobernadora. Schwarzenegger piensa lo mismo que su par Richardson y está a favor de cambiar la sede.
Por lo pronto, el juicio tiene extrema importancia. Si se dejara en manos de los estados la política de control migratorio, se generaría un caos nacional en Estados Unidos y en México. En cuanto a la defensa de los derechos humanos, habrá que esperar la decisión de la Suprema Corte, que fijará el criterio definitivo sobre la persecución, detención o arresto de quienes, como dice la ley, tengan un estatus migratorio sobre el que exista "duda razonable" de que es ilegal.
Al momento de firmar la ley, la gobernadora envió una orden ejecutiva a la policía para que no tomaran en cuenta las características raciales de los sospechososal hacer las detenciones. Algo así como: "persigan a los mexicanos, pero no lo hagan porque parezcan mexicanos".
La Suprema Corte de Estados Unidos tiene una larga historia de respaldo a los derechos humanos, por lo cual no se ve la razón para que, cuando lleguen estos casos, no fije criterios generales aplicables a todas las personas, así sean y parezcan mexicanos.
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Publicado en Excelsior, 13 de julio de 2010.