viernes, 30 de diciembre de 2011

Caballero Aburto y el 30 de diciembre de 1960

Publicado en El Sur de Acapulco el viernes 30 de Diciembre de 2011
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CABALLERO ABURTO Y EL 30 DE DICIEMBRE DE 1960
Cuauhtémoc Sandoval Ramírez
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Hoy se cumplen 51 años del genocidio que cometió el sátrapa gobernador de Guerrero, el General Raúl Caballero Aburto, contra el movimiento estudiantil popular que se levantó en todo el estado de Guerrero, en demanda de desaparición de poderes y por la transformación del antiguo Colegio del Estado en la Universidad Autónoma de Guerrero.
Uno de los fotógrafos que desde la azotea de su negocio, tomó las fotos de esa matanza, Saúl López López acaba de fallecer víctima de una enfermedad terminal. Gracias a su audacia, pudo tomar con su vieja cámara fotográfica, las escenas de la balacera de los soldados contra los indefensos chilpancingueños que resguardaban el edificio docente, enfrente de la Alameda Granados Maldonado, y que habían acudido a auxiliar a un electricista amigo del movimiento que intentó colocar una manta contra Caballero Aburto y fue asesinado por un soldado,
La conmemoración del 51 aniversario de esta matanza, que provocó que el Senado de la República declarara la desaparición de poderes, y la llegada del gobernador interino, el abogado Arturo Martínez Adame, se da en una situación política crítica por la brutalidad de las policías federal y estatal que asesinaron el pasado 12 de diciembre a dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, que bloqueaban la autopista del sol. En vez del diálogo y la negociación con los normalistas se optó por el uso de las balas.
De la matanza del 30 de diciembre de 1960 a la actualidad, la lucha por el respeto irrestricto a los derechos humanos ha avanzado a pasos lentos, tanto en el plano nacional como en materia de derecho internacional. Apenas en la década de los 90s se conformó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), cuyo primer presidente, el Lic. Jorge Carpizo se opuso a que se incorporaran los derechos electorales y laborales como temas de este nuevo organismo.
En 1995, a raíz de la matanza de Aguas Blancas, tuve la oportunidad de encabezar una comisión de legisladores perredistas que acudimos a Washington, D.C., donde se encuentra la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH), la cual después de varios años nos dio la razón, y demandó que el gobierno mexicano actuara judicialmente contra Rubén Figueroa Alcocer y gran parte de su gabinete. El gobierno federal le trasladó el caso a la Procuraduría Estatal de Guerrero, quién exoneró a Figueroa Alcocer, pues era juez y parte del conflicto, y dio por cerrado el caso.
En ese momento, México no había aceptado la Jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que tiene su sede en San José Costa Rica, cuestión que sucedió empezando el año 2000. De haber estado vigente la suscripción de este pacto con la Corte Interamericana, hubiéramos acudido a este organismo, para obligar al Estado Mexicano a cumplir con la resolución de la CIDH, tal como sucedió con el caso de Rosendo Radilla y de la indígena guerrerense violada por los soldados mexicanos.
El 10 de junio de 2011 se publicó en el diario oficial de la Federación, una reforma en materia de Derechos Humanos que le da nuevas facultades a la CNDH. así en la fracción B del artículo 102 Constitucional, a la letra dice “La Comisión Nacional de los Derechos Humanos podrá investigar hechos que constituyan violaciones graves de derechos humanos, cuando así lo juzgue conveniente o lo pidiere el Ejecutivo Federal, alguna de las Cámaras del Congreso de la Unión, el gobernador de un Estado, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal o las legislaturas de las entidades federativas”
Con esta nueva jurisdicción, la CNDH que antes solamente emitía recomendaciones, ha iniciado una investigación sobre la muerte de los dos estudiantes de Ayotzinapa: El lunes pasado acudió ante el Presidente de la CNDH Raúl Plascencia Villanueva, , el gobernador del Estado, Ángel Aguirre Rivero y ayer jueves acudieron los dirigentes normalistas, que fueron también recibidos por algunos integrantes de la Comisión especial de legisladores que creó recientemente la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Tiene que haber un castigo contra los responsables de la matanza de los dos estudiantes de Ayotzinapa, ya que no podemos regresar al Guerrero bárbaro y violento que originó la matanza del 30 de diciembre de 1960, y posteriormente prosiguió el clan de los caciques Figueroa que gobernaron a sangre y fuego, nuestra entidad.
Cada día aparecen testimonios y videos que posibilitarán a la CNDH establecer los castigos civiles y penales correspondientes. Por ejemplo, el testimonio del dueño de la gasolinera quien afirmó (El Sur, 27 de diciembre) que unos individuos con camisetas rojas de Ayotzinapa fueron los que tiraron las bombas molotov contra los equipos expendedores de su gasolinera y que estuvieron a punto de estallar. Recordemos que el 10 de junio de 1971, los halcones que nos agredieron traían camisetas con la efigie del Che Guevara. Y ningún estudiante de Ayotzinapa traía esas camisetas rojas.
Creo que también tenemos que ver hacia delante y tomar en cuenta al nuevo proyecto de Constitución Política del Estado de Guerrero, del cual ya ha redactado un primer borrador, que contiene las tesis más avanzadas en materia de derechos humanos e incorpora los instrumentos internacionales que México ha suscrito en esta materia en los últimos años. Se incorpora medidas para que no vuelva a suceder hechos como la muerte de estos dos estudiantes de Ayotzinapa.
Sólo un nuevo marco institucional, permitirá que Guerrero salga del primer lugar en materia de violaciones a los derechos humanos y del último lugar de las 32 entidades del país en materia de pobreza y marginación, a fin de que se ponga un hasta aquí, un alto total a las violaciones a los derechos humanos como las que conmemoraremos este 30 de diciembre a partir de las 8 horas en la Alameda Granados Maldonado, en la estatua a los caídos en la lucha anticaballerista. A agarrar el toro por los cuernos.

martes, 27 de diciembre de 2011

Más sobre Ayotzinapa...


Arde Guerrero
José Cárdenas
2011-12-16
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Ángel Aguirre Rivero no sabe ni contar muertos. Hasta en eso se equivoca. Desde la soberbia del poder guerrerense dio por fallecido al empleado de la gasolinería atacada por los normalistas de Ayotzinapa. El IMSS lo desmintió. Está muy grave… pero vivo.
El asesinato a mansalva de los dos estudiantes en Chilpancingo y la criminalización de la protesta recuerdan que vivimos en el México bronco… y también nos trae a la memoria el origen de este gobernador tránsfuga del PRI. Sí… el mismo que arribó al poder guerrerense después de la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas. Aguirre Rivero tapó los agujeros que dejaron las balas disparadas por órdenes de su “padrino”, Rubén Figueroa. Dieciséis años después, se evidencia que la historia violenta de Guerrero es circular, los demonios son los mismos, la maldición se repite.
Da vergüenza la incapacidad de los uniformados para levantar una barricada incendiaria en una gasolinera y emprenderla a tiros contra los estudiantes armados de piedras y bombas de humo. No es lo mismo una “molotov” que un arsenal de rifles R-15. El gobernador culpa a la Policía Federal, le avienta los muertos al titular de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y suplica una investigación de la PGR, como si él no tuviera vela en el entierro.
“Yo tengo la conciencia tranquila... yo no di la orden de que llevaran armas y menos de que dispararan… no vamos a permitir la impunidad”, alega el nervioso mandatario, en defensa propia.
La Policía Federal revira: “No hay un solo video o fotografía que muestre a los elementos federales disparando; bloqueos como éste tenemos de 10 al mes, y jamás se ha registrado un muerto”. Sí, la PF reconoce que abusó de la fuerza. Pero de ahí a disparar sobre los jóvenes, hay un abismo. El caso es que de todas las policías involucradas no se hace una. Once agentes municipales han sido presentados ante la justicia. Entre ellos, el gordo de camiseta verde a rayas. El que se ve cuando dispara contra los estudiantes de Ayotzinapa, protegido por uniformados.
–¿Con esos detenidos pretenden lavarle la cara a sus superiores ineptos?
Estudiantes, partidos de oposición y la sociedad guerrerense exigen juicio político al gobernador, que se vaya, como el procurador y el secretario de Seguridad Pública. Negligencia y abuso de autoridad podrían ser las acusaciones contra quienes resulten responsables del sangriento episodio. Aunque parezca ridículo, Aguirre dijo que “todo esto es un complot… y que por eso no se va… y que le hagan como quieran”. Con esto demuestra el calibre de su liderazgo movido por las mañas caciquiles aprendidas en las cloacas de la política mafiosa.
–¿Aguirre Rivero es el mejor ex alumno de Rubén Figueroa?
–¿Quien viene de la sangre, a la sangre regresa?
Si la cabeza del gobernador no pende de un hilo, debería.
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Guerrero y los muertos
Néstor Ojeda
2011-12-18
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A estas alturas a nadie le queda duda que el operativo ordenado por el gobierno de Guerrero para desalojar de la Autopista del Sol a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa fue absolutamente desaseado y muestra de que las policías en buena parte de la República son una institución que perpetúa el abuso de autoridad, la ineptitud y el desprecio por la ley y la vida humana como prácticas comunes y cotidianas.

El gobernador, Ángel Heladio Aguirre Rivero, actuó con celeridad y enmendó las pifias de sus jefes policiacos con el cese fulminante del procurador de Justicia y el secretario y subsecretario de Seguridad Pública estatales, así como al poner en manos de la Procuraduría General de la República la investigación de los hechos que llevaron a la muerte a dos estudiantes desarmados, que quedaron tendidos en el asfalto de esa carretera.

Sin embargo, aún falta mucho para declarar el caso cerrado. Es necesario que los policías que dispararon sus armas contra los estudiantes sean detenidos, encarcelados y juzgados al igual que los funcionarios que ordenaron que las fuerzas del orden fueran armadas a enfrentarse con los normalistas de Ayotzinapa.

Pero no sólo eso, el gobierno de Ánge Heladio Aguirre Rivero está obligado a cumplir las promesas de apoyo que hizo a los estudiantes de Guerrero, para que se reivindique con la sociedad civil y se muestre como una administración comprometida con los guerrerenses, y no con la reproducción de los cacicazgos que han sumido en la miseria a los habitantes de ese, uno de los estados más pobres de un país que se sigue debatiendo entre la modernidad y el atraso.

Por otra parte, triste y vergonzosa es sin duda la forma en que ha reaccionado la llamada izquierda mexicana frente a la masacre de estudiantes guerrerense. Atados a la seudodisciplina partidista han optado por el silencio en lugar de censurar este acto de barbarie que se consumó en la carretera México-Acapulco.

Lamentable es la forma en que la izquierda, atrapada en la simple disputa por los cargos de elección y la lucha por el poder, abandonó los principios y la defensa de las mejores causas.

Así las cosas, la sociedad guerrerense está agraviada y la izquierda partidista y sus voceros oficiosos han quedado manchados por el silencio cómplice.
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O los dejan hacer o los matan, ¿no hay de otra?
Luis González de Alba

2011-12-19
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La nota de Rogelio Agustín en MILENIO, 16.XII.2011, resulta aterradora por el abismo de oscuridad que muestra en el corazón de jóvenes: “La gasolinera fue incendiada por estudiantes de la normal de Ayotzinapa”, sostuvo el gerente. “Aseguró que su empleado Gonzalo Rivas Cámara fue alcanzado por la explosión de una garrafa”. En síntesis: rociaron de gasolina una bomba y arrojaron un cerillo. Gonzalo trató de apagar el fuego con un extinguidor, pero la garrafa dejada en alto por el estudiante estalló y bañó en fuego al trabajador.
“Especialistas en el Hospital Lomas Verdes del IMSS informaron que el trabajador Gonzalo Rivas se encuentra grave pero aún con vida, según difundió Radio Fórmula, en el programa de José Cárdenas”. Es posible que muera y es seguro que quedará marcado de por vida.
¿Por qué los normalistas incendiaron la gasolinera? Para defenderse de la policía. ¿Por qué llegaron policías estatales y federales? Porque los normalistas habían bloqueado la autopista México-Acapulco. ¿Por qué la habían bloqueado? Para exigir plaza automática a perpetuidad, y otras cosillas, al terminar normal. ¿Esas plazas las otorgan las gasolineras o los administradores de autopistas? No. ¿Entonces? Pregúntele a los bloqueadores, incendiarios y asesinos si muere Gonzalo Rivas.
Durante ya 40 años, los gobiernos de los tres niveles, han acostumbrado a los manifestantes a la absoluta impunidad: bloquear avenidas y carreteras, tomar casetas de pago, quemar gasolineras… De nada vale argumentar que nada de eso está contemplado en el derecho constitucional de manifestación.
Al delito de quienes bloquean una carretera e incendian una gasolinera, las policías responden a balazos y hay, por si algo nos faltara, dos manifestantes muertos. Impunidad absoluta o asesinato. ¿Y los cañones de agua, los gases lacrimógenos, las balas de goma que en todo el mundo se emplean para impedir que un grupo se apodere de calles, de carreteras y afecte los derechos de miles de terceros?
¿Quién gobierna Guerrero? El mismo Ángel Heladio Aguirre, priista que sucedió a Rubén Figueroa cuando la matanza de Aguas Blancas, es hoy gobernador por el PRD… sí, por el PRD. De eso se llenó el PRD.
“En el caso de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, son incontables los atropellos que han cometido en los últimos tiempos. Además de los constantes bloqueos, han secuestrado camiones, incluso de turismo, han bajado al pasaje y lo han dejado en la carretera; han agredido a autoridades y a la gente, han tomado negocios y gasolineras (incendiaron una en medio de la confrontación), y suelen ir armados a sus marchas. No es muy diferente a lo que hemos visto algunos años atrás, por ejemplo, con sus grupos hermanos de la APPO o de Atenco. Me parecen formas injustificables de hacer y de entender la política.” Jorge Fernández Menéndez, Excélsior, 14.XII.
Han quedado como héroes; no, no lo son. Exigen un privilegio del que no goza ningún mexicano: empleo seguro con sólo terminar una carrera de pésima calidad, plaza inamovible…
Por exigencias no queda: jubilación temprana sin desigualdad condicionada al desempeño, hospital, funeral, y ayuda a los huérfanos… que heredan la franquicia “estudiante”, y vuelta a empezar, a dar vueltas al molino del asistencialismo que hizo del PRI la única opción por 70 años. Aceptar esa extorsión fue su éxito: con dádivas discrecionales fundó su corporativismo. La autocomplacencia se instaló como justicia social. No levantaron así sus plantas de científicos Japón, Alemania, Corea del Sur o China. Hoy al frente de las industrias de punta. Pero sus niveles de exigencia escolar serían vistos aquí como obstáculos a la juventud.
Como sociedad, hemos hecho callo para los eufemismos: los normalistas bloquean pacíficamente la autopista México-Acapulco, pacíficamente toman una gasolinera para pacíficamente llenar de gasolina botellas para bombas molotov que serán empleadas para defender la protesta social.
Con timidez y respeto podríamos implorar a los maestros que estudien un poquitín más y acepten evaluaciones, a los alumnos que admitan un plazo para recibirse y exámenes más rigurosos en tanto más presupuesto público reciba la institución educativa elegida. Nada nuevo: como en Cuba o China
O de plano: salimos todos a seguir la táctica militar llamada “de campo arrasado” o “de tierra quemada”. La aplicaron los rusos contra Napoleón y los mexicanos contra Napoleón III.
El vino de los bravos (y unos tequilas). (Planeta, 2011).
www.luisgonzalezdealba.com 
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¿Por qué, gobernador Aguirre?

Ciro Gómez Leyva

2011-12-14 

Cuesta mucho comprender la forma en que se ha desempeñado el gobierno de Ángel Aguirre en las últimas 48 horas:

* Envía en forma descoordinada a sus policías estatal y ministerial a romper el bloqueo de la Autopista del Sol. Ahora sabemos que los normalistas que la bloqueaban eran un grupo razonablemente fácil de dispersar.

• Ya con la información de que dos jóvenes habían muerto en los hechos, el gobierno de Guerrero se trata de curar en salud con un comunicado donde expresa que es respetuoso de las garantías individuales.

• Pese a las evidencias de que sus policías ministeriales habían disparado contra los manifestantes, el procurador asegura que iban desarmados.

• El gobernador deja la defensa en el procurador y el secretario de Seguridad Pública. Horas después, los despide con el argumento de que no pueden ser juez y parte en una “investigación independiente”.

• El equipo del gobernador difunde un video para crear la percepción de que la responsable fue la Policía Federal que, de inmediato, responde con un documento más sólido que acaba de hundir a la ministerial guerrerense. “Lo hacemos con evidencia física, no evidencia de video”, dice fulminante en MILENIO Televisión el vocero de los federales.

Demasiados errores en tan poco tiempo para un hombre cuya principal tarjeta de presentación era la experiencia. Sin pararrayos en la procuraduría y la policía estatal, los trallazos pegan ahora en el cuerpo de Ángel Aguirre, de quien ayer empezaron a renegar hasta sus aliados perredistas.

Por no hablar de sus aliados en la lucha contra los criminales: la policía de Genaro García Luna, a la que quiso desprestigiar groseramente, como un gobernador novato.

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Los muertos de Ayotzinapa
Roberto Ramírez Bravo
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Al minuto 40 del primer día del año, según la información oficial disponible, falleció Gonzalo Miguel Rivas Cámara, empleado de la gasolinera Eva, lesionado el 12 de diciembre al tratar de sofocar el incendio en una de las bombas del establecimiento en el percance donde murieron dos normalistas asesinados por policías enviados a desalojar un bloqueo en la autopista del Sol.
La de Rivas Cámara es una muerte absurda y tan condenable como la de los dos estudiantes baleados en el mismo día, y hay razón para exigir una investigación puntual en este caso como en la muerte de Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, y que se castigue a los responsables.
El encargado de la gasolinera, Alejandro Montealegre Borges, hizo un relato sobre el incendio –que puede consultarse en un video disponible en Youtube- en el que precisa lo siguiente: “entraron (al establecimiento) dos tipos vestidos de rojo, les puedo asegurar que decía (en la playera) Normal de Ayotzinapa, porque yo los vi de frente; uno de ellos traía una garrafa de gasolina y empezó a rociar la bomba y depositó el restante de la garrafa en la parte superior de la bomba, y de su pantalón extrajo unos cerillos, varios de nuestros compañeros y yo en lo personal le gritamos que no fuera a prenderle fuego, y él hizo caso omiso, (y) prendió fuego, y a esto los policías federales se dieron cuenta de ese hecho, y los muchachos estos se dieron a la fuga cruzando todo el patio de servicio”.
El encargado de la Procuraduría, César de los Santos Mendoza –según una nota de Milenio– informó que ya se identificó a dos posibles autores del incendio que provocó la muerte de Rivas Cámara. Según el funcionario se han analizado fotografías y videos para determinar la presunta responsabilidad, y en esta misma semana habrá noticias nuevas al respecto. Se entiende que podrían ser detenidos. Fuera de eso, las indagatorias se mantienen hasta el momento con suficiente reserva.
Sin embargo, conviene analizar qué resortes condujeron a acometer un acto tan temerario como prender fuego a una estación de gasolina. Algunos normalistas han asegurado que los de la playera roja son infiltrados, con la intención de criminalizar su movimiento; otras voces sugieren algo similar, pero con el objetivo de desestabilizar al gobierno de Ángel Aguirre Rivero.
Como sea, es un hecho demasiado oprobioso que debe ser aclarado a cabalidad. Los estudiantes pertenecen a una escuela que tiene una amplia tradición de lucha, en la que se forjaron figuras como Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas, Othón Salazar Ramírez; han salido de ahí luchadores de izquierda, gente que participó en algún momento en movimientos guerrilleros y en ese sentido es completamente previsible que la lucha tome un carácter radical. Pero una cosa es gritar, exigir, bloquear carreteras, dejar paso libre en casetas de la autopista, apedrearse con los policías, y otra muy diferente es incendiar una gasolinera.
Hay que decir, sin embargo, que en esa tendencia, algunas acciones, como bajar a pasajeros para llevarse los autobuses, incluidas las maletas, han contribuido a formar en el ciudadano común una imagen negativa de los normalistas y, aprovechando esa imagen, podrían haber facilitado una infiltración, en la lógica de que sería creíble que hubieran incendiado las bombas.
Sin menoscabo de que lo que demuestren las investigaciones, a nadie debería sorprender la existencia de posibles infiltrados, de los cuales está llena la historia represiva en México.
La Procuraduría en ese sentido tiene la obligación de hacer una labor muy profesional para poder presentar pruebas objetivas sobre la autoría del incendio, y no caer en lo que ocurrió en las primeras horas de la represión, cuando se intentó culpar a los propios normalistas de haber matado a sus compañeros.
El gobierno del estado también debe evitar caer en el recurso fácil de culpar a los normalistas para distender las críticas por la muerte de los dos estudiantes, en especial si no tiene a la mano todas las pruebas de los hechos.
Habría que reconocer en el gobernador Ángel Aguirre a un político experimentado, y paciente, que cuando comenzó su primer período como interino, tuvo que hacer un trabajo de recomposición del tejido social tras la matanza de Aguas Blancas. Ahora es momento de actuar otra vez con prudencia, sin oír a las voces que al oído le susurran la opción del endurecimiento.
Son tres ya los muertos del 12 de diciembre, y los autores de todos deben ser castigados. En eso estará la clave de la reconciliación. Y, también, en volver a ver a la normal como lo que es: una institución necesaria para el estado, que requiere ser parte de una política integral en materia de educación.
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Consulta en:
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2012/01/03/index.php?section=opinion&article=002a1soc

viernes, 23 de diciembre de 2011

Carlos Marín, sobre Ayotzinapa...

De Ayotzinapa a El Mexe

Carlos Marín
2011-12-23 •
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La muerte de dos jóvenes normalistas de Ayotzinapa motivó la marcha de ayer en la Ciudad de México, pero sigue suscitando gran interés el problema de las escuelas rurales.
A propósito de la opinión de Patricia Segovia (ayer aquí), el ingeniero Gonzalo Tapia cuenta: “En Hidalgo padecimos por muchos años el que los estudiantes de El Mexe, más que prepararse para educar, se volvían especialistas en cerrar carreteras y organizar mítines políticos”. Y siempre exigen plazas, “pese a que pasaban la mayor parte de su tiempo fuera de las aulas”.
Le parece injusto: “En mi caso, para acceder a una plaza en el gobierno me fue necesario terminar Ingeniería Química (4.5 años), una maestría en Ciencias (2) y, claro, aprender a trabajar”.
El Mexe, cuenta, dejó de ser internado, se acabaron los abusos “y al parecer los alumnos se están dedicando a estudiar. Es una muestra de lo que el gobierno federal debiera hacer con ese tipo de centros y que se pueda impartir de verdad educación a los mexicanos más pobres”.
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Otro enfoque del ayotzinapazo
Carlos Marín
2011-12-22 • Al Frente
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Patricia Segovia escribe desde Acapulco:
Muchos habitantes de Guerrero desaprobamos que las manifestaciones se “arreglen” a balazos, pero tampoco aguantamos ya a los ayotzinapos, que son unos verdaderos vándalos.
Durante muchos años han cerrado la caseta (de cobro en la autopista México-Acapulco) y amenazan con moler a palos los vehículos de quienes quieren pasar, si no les dan de 50 a 100 pesos, y la gente se tiene que esperar de tres a cinco horas para poder avanzar.
Se les mantiene, se les da casa, comida, estudios y pretenden plazas… ¡pero en zonas urbanas!, no rurales, que son para lo que dizque se están capacitando.
El gobierno estatal ya los convirtió en mártires y nosotros, la gente de tercera, la “plebe”, vamos a pagar las consecuencias, pues nadie va a querer tocarlos ni con el pétalo de una hojita de la ley.
Algunos creen que el ex procurador y el gobernador están jugando al “policía bueno y malo”: uno le pega a la Federación y otro la defiende, y no se aclara nada, no hay culpables ni responsabilidades ni aplicación de la ley…
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Insidiosa “defensa” del gobernador
Carlos Marín
2011-12-14 • Al Frente
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Si el ex procurador de Guerrero puso su cabeza en la picota por afirmar que ningún policía disparó contra los normalistas que murieron a balazos en la autopista México-Acapulco, el gobernador Ángel Aguirre cometió ayer la imprudencia de permitir la difusión de un video mañosamente editado para insinuar que los asesinatos fueron cometidos por la Policía Federal.
Y lo hizo a pesar de que, según su vocero (Arturo Martínez con Marisa Iglesias, en MILENIO Televisión), su administración ha tenido de la PF “solamente generosidad y colaboración…”.
En el video propalado, intrigantemente, no aparecen los policías guerrerenses (¿ministeriales?) disfrazados de civiles que, amparados por preventivos estatales, dispararon contra los manifestantes.
Pese a que acertó al cesar a mandos implicados en el fatal operativo, el gobernador derrapa estrepitosa y temerariamente al no atenerse a confiables investigaciones imparciales y al fallo de los tribunales, y pretender en cambio litigar en los medios informativos el problema colosal en que se encuentra.

Juan R. Escudero, Cabañas, Lennon… por Gustavo Martínez Castellanos

 
Yo, ciudadano
Diciembre: Juan R. Escudero, Cabañas, Lennon…
Gustavo Martínez Castellanos

Diciembre los unió, como una advertencia ante los riesgos del olvido. En esa lista que engrosan los lamentables sucesos del 12 de diciembre y la designación que The Times hizo del “manifestante” como “personaje del año” se mueve la rara filiación del abogado acapulqueño Alberto López Rosas, ex procurador de Guerrero, que pugna en solitario por demostrar la inocencia de los policías que estuvieron bajo su órdenes.
La muerte de Escudero, el día 21, cierra este mes. Había nacido en Acapulco en 1890. Su padre, próspero comerciante, lo envió a Estados Unidos a estudiar; pero él se regresó sin previo aviso; cargado de ideas y de ideales, así como de un afán por reformar la realidad de la ciudad en la que había nacido. Una vez aquí organizó a los trabajadores y los opuso a la explotación  que un par de “compañías” ejercía en el entorno, cuando allá, en Estados Unidos, los trabajadores tenían derechos; entre ellos, el de exigirlos. Y a exigirlos se abocó en ese universo local en un tiempo del que aún nadie ha reparado cómo es que pudo haber ganado tres elecciones. Fundó escuelas, impartió justicia, replanteó la economía y el laborismo regionales. El nuevo orden asustó a aquella oligarquía que terminó pagando por su cabeza. Escudero recibió una descarga de fusil el 21 de diciembre de 1923 y luego el tiro de gracia, pero murió muchas horas después. Su única muerte, sin embargo, está signada por el olvido sistemático a su obra y a su ideal humanístico en Acapulco y en ambas costas.
El 2 de diciembre de 1974, el ejército regular “pisaba los talones” a Lucio Cabañas. En aquel paraje serrano llamado el Otatal -dice su leyenda-, él se detuvo, se puso la boca de su fusil en el paladar y disparó: se había jurado a sí mismo que no lo atraparían vivo. Había estudiado en la Escuela Normal de Ayotzinapa. Se afilió al partido comunista. Daba clases en una primaria y luchaba contra la injusticia social en Guerrero. Después de un fallido intento del ejército por matarlo en un mitin, se subió a la sierra. Su movimiento armado (guerra de guerrillas) fue producto de dos fases significativas de la Historia en Guerrero: la más cruda represión gubernamental y el boom turístico; saldo de la huída de capitales estadunidenses de la Cuba de Castro. El humanismo de Cabañas lo volvió legendario.
En New York, el 8 de diciembre de 1980, John Wiston Lennon fue asesinado de un tiro en la cabeza por un fanático que confesó que lo hizo porque lo admiraba. Lennon había emergido como figura  internacional con sus protestas pacíficas –desde una cama- y las letras de sus canciones que empoderaban a la gente y pedían una oportunidad para la paz. Su Merry Christmas, dice: “el año ya pasó ¿qué has hecho por el mundo?”, no “¿qué puedes hacer por tu país?” El humanismo de Lennon era rechazado por Washington. En los 70´s su música se volvió un arma poderosa para una juventud que exigía paz y espacios cansada de ver al mundo manipulado por sanguinarios empresarios armamentistas.
El 12 de diciembre de 2011, dos alumnos de la normal de Ayotzinapa caen abatidos durante una protesta entre el caos urbano que sus compañeros propiciaron. A diez días de los sucesos las autoridades aún no encuentran a los responsables. Esperamos, con López Rosas, que no se equivoquen. En Guerrero estamos cansados de llorar a gente inocente.
También esperamos que el gobierno encuentre ya y regrese con vida a los ecologistas Eva Alarcón y Marcial Bautista, desaparecidos este miércoles 7 de este diciembre.
La Navidad es un respiro. Esperanza. Fe. Te abrazo Acapulco donde quiera que estés.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellano@gmail.com

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sobre Ayotzinapa...

Carta abierta.
Héctor Manuel Popoca Boone.
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Jóvenes normalistas de Atyozinapa: Nada, absolutamente nada puede justificar cegar la vida de jóvenes estudiantes. Nada, absolutamente nada puede justificar poner en riesgo de peligro a la ciudadanía.
El lunes pasado, varios de sus compañeros cayeron abatidos y otros fueron heridos por la violencia gubernamental desatada que desbordó cualquier intención de contención institucional pacífica. Por otro lado, un modesto trabajador de gasolinera resultó con graves quemaduras corporales.
Eso apena, lastima e indigna. Como parte del gobierno me siento corresponsable, por cuanto a que -como fue expresado en el editorial de El Sur del día siguiente- debemos perentoriamente cambiar los métodos de procesar y atender las demandas sociales. Pido perdón público por los criminales excesos gubernamentales cometidos.
Soy de los que, junto con el gobernador, esperamos la pronta culminación de una investigación exhaustiva de hechos y actores para que se proceda inmediatamente a aplicar las responsabilidades que las leyes marcan. Con las separaciones de sus cargos de funcionarios públicos involucrados y la participación de otras instancias oficiales y civiles externas, el camino está allanado para que eso suceda. Demos espacio, ambiente, tiempo propicio y razonable para ello.
Soy de los que creen, junto con Ángel Aguirre Rivero, que las exigencias y presiones sociales por muy extralimitadas que sean no deben ser resueltas a sangre y fuego. El respeto a la vida humana es sustancialmente inherente a la responsabilidad y a la fuerza institucional.
Los de éste gobierno no seremos los que solapemos actos ilegales que queden en la impunidad. Sea de donde provengan o de quienes los realicen. Tampoco estaremos impávidos ante las extralimitaciones y excesos gubernamentales o de grupos sociales. La paz y seguridad de la sociedad legalmente salvaguardada está por encima de cualquier caos que quiera provocarse premeditadamente.
Los funestos sucesos acaecidos nos deben de llevar a recapitular a ambas partes: tanto en los procesos de atención de lo social, como en los métodos de presión civil para obtener respuestas buscadas y no encontradas.
Algunos conocemos la historia de lucha tortuosa, victimada y agredida -y por ello rayana en la heroicidad- que han dado por décadas para impedir que su escuela normal rural sea desaparecida del mapa educativo. Falsamente la consideran nido de futuros guerrilleros.
Pero ese duro y tenaz batallar no da derecho ni patente para realizar desmanes sociales ni cometer conductas ilícitas de manera impune, si todos pretendemos desenvolvernos en un marco de legalidad por todos acatada.
El patrón de comportamiento en sus manifestaciones de protesta o de exigencia para con el gobierno se ha caracterizado por: el secuestro de autobuses, saqueo de comercios, paralización del tráfico vehicular urbano o carretero y conculcar el derecho humano y constitucional del pueblo de transitar libremente por los territorios y ciudades de Guerrero. Que yo sepa nadie ha sido sancionado por ello, ¿luego entonces de qué lado está la inmunidad?
No en forma gratuita parte de la ciudadanía de Chilpancingo los ha adjetivado como vándalos. Quizá ustedes estén erróneamente convencidos que entre más zozobra y caos social provoquen más rápidamente el gobierno cederá a sus exigencias. El pueblo de la capital ha sido lastimado, vejado y perjudicado con sus acciones de tiempo ha.
Hoy, radicalizar y polarizar nuestras respectivas posiciones nos llevaría a un terrible dilema que bordea la locura social; a saber, el uso de la violencia institucional para contener la barbarie estudiantil.
Situación demasiado apetecible para los que desean ingobernabilidad. Así, los intereses particulares inconfesables prevalecerán. En este tipo de eventos puede haber más de una mano de políticos, seudolíderes sociales y ex gobernantes que quieran mecer la cuna de la inestabilidad social alentando provocaciones de cualquier índole. Quieren atrapar al Gobernador en sus redes y sentar sus reales de nueva cuenta.
Convengo que los del gobierno tenemos que cambiar estilos despóticos, represivos, frívolos o de letargo que exasperan a los peticionarios sociales ante sus rezagos ancestrales, siempre acumulados y nunca disminuidos. Tomemos consciencia de que no hay dinero que alcance para resolver todo a todos. Un golpe de timón en el estilo de gobernar y en la estructura gubernamental ya ha sido anunciada para principios de año por el Gobernador.
A nada lleva persistir en actos de rebeldía rijosa incontrolable –con bombas molotov y autobuses atravesados en la carretera- que contienen posibilidades nunca deseadas de pérdida de vidas humanas y desprestigio social, aun cuando las causas sean legítimas.
PD. Continúan los secuestros de autobuses y de un chofer, además de una pipa repleta de gasolina. ¡Ya párenle jóvenes a esta espiral demencial de sinrazones provocadoras!
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Ángel, Aguirre… y demonio
José Cárdenas
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Con la destitución fulminante del procurador de Guerrero, Alberto López Rosas; del secretario de Seguridad Pública, Ramón Almonte, y el subsecretario, general, Ramón Arreola, no se lava la sangre de Gabriel Echeverría de Jesús, de 20 años, y Jorge Alexis Herrera, de 21, masacrados en Chilpancingo por fuerzas policiacas… Tampoco las lesiones de otros catorce. Ni la violación a los derechos humanos de Gerardo Torres Pérez, torturado y acusado de haber disparado un “cuerno de chivo”. La incapacidad del gobierno encabezado por Ángel Aguirre Rivero criminaliza una protesta mediante la represión furiosa. “Siembra la semilla de otro oaxacazo”, advierte la analista María Amparo Casar.
El gobernador perredista (antes priista) no aprendió la lección de Aguas Blancas. En aquella matanza asesinaron a 17 campesinos, también a manos de fuerzas policiacas guerrerenses. Quizás Aguirre Rivero ya lo olvidó, pero el cadáver político de Rubén Figueroa no sólo se lo recuerda. También lo apesta.
Negligencia, ineptitud y abuso de autoridad podrían ser las acusaciones del sangriento episodio de Chilpancingo. No sólo por el desalojo violento. El asunto trae cola larga.
En septiembre pasado, el gobernador de Guerrero fue a la Normal de Ayotzinapa. Primero para sacarse la foto y, luego, para hacer lo que mejor le sale: prometer… Anunció que aumentaría a 50 pesos la ayuda por estudiante para que pudieran comer tres veces al día. Sólo les entregan diez pesos.
Pero… dar es lo que aniquila. El compromiso de Aguirre Rivero se incumplió. Por ello, los estudiantes demandaron una audiencia con el mandatario. El lunes, burócratas de cuarteles negaron el acceso. “El ‘señor’ anda fuera y no tiene tiempo”, fue la excusa.
Para protestar por el desdén de Aguirre Rivero, los jóvenes bloquearon la Autopista del Sol. Las fuerzas del orden respondieron a balazos. Los manifestantes, con piedras y con bombas de humo. Empezó la corredera. Los cuerpos de los dos estudiantes normalistas quedaron tirados sobre la autopista. Cada uno recibió dos tiros en la cabeza. Están implicados policías municipales, estatales y federales que ni siquiera saben reprimir, como nos comentó Jorge Castañeda.
Las primeras versiones de la autoridad fueron verdades a medias que acabaron en mentiras completas. El procurador Alberto López Rosas dijo que los agresores fueron personas vestidas de civil. Y es cierto. Lo que ocultó es que tales civiles eran policías, que portaban rifles R-15 y órdenes de tirar a matar. Fotografías y videos evidenciaron la mañosa versión de López Rosas.
La incapacidad del gobierno de Guerrero para levantar un bloqueo en una zona donde la violencia no es novedad, lleva al reconocimiento pleno de cómo Ángel Aguirre Rivero maneja el gobierno con superficialidad y poco oficio, a pesar de sus muchos años en la política. ¿No era más sencillo recibir a los estudiantes y negociar sus demandas? Total, fuerzas federales, estatales y municipales resultan muchos para echarse la pelota; muchos para derramar sangre; y muy pocos para entregar buenas cuentas.
josecardenas@me.com Twitter: @JoseCardenas1
2011-12-14
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Autopista del Sol, ¡así no! ¡Mil veces, no!
La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
2011-12-13 •
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Este espacio ha sido obsesivo en la crítica del método de quienes, en nombre de una causa (muchas veces justa), se arrogan el derecho de apropiarse de los espacios públicos.
Como esos grupos parten del principio de que su causa es superior, no les importa la afectación que provocan a miles (a veces cientos de miles) de ciudadanos que nada tienen que ver en el problema. Para ellos, el ciudadano no sólo debe resignarse, sino comprenderlos.
Ayer al mediodía, unas 300 personas, según las crónicas, integrantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, bloquearon un tramo de la Autopista del Sol a la altura de Chilpancingo. Llegó la fuerza pública a cumplir el deber de desalojarlos. Hasta ahí, ninguna objeción. Pero lo hicieron tan mal que hay dos personas muertas.
Inaceptable. Una policía en una sociedad democrática debe ser la más pulcra y eficaz. Y ayer participaron, sin coordinación visible, la estatal de Guerrero, la ministerial de esa entidad y la Federal. Lo único que queda claro es que no hubo un trabajo de inteligencia que anticipara lo que podían encontrar en el bloqueo de presuntos estudiantes. Tampoco supieron reaccionar. Y al cierre de esta edición, ni siquiera lograban construir una narrativa coherente.
Todo lo demás (el incendio de la gasolinera, el supuesto AK 47 que disparó contra las policías, las granadas) son explicaciones claudicantes. Porque hay dos muertos.
Ese no es el orden que se reclama a la autoridad. Por acción o por falta de inteligencia y preparación, la policía mató ayer a dos personas en Guerrero.
¡Así no! ¡Mil veces, no!
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De Aguas Blancas a Chilpancingo: nada cambia
Jorge Fernández Menéndez
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La historia no se repite, pero en muchas ocasiones parece avanzar en círculos. Guerrero es uno de esos estados donde, aunque cambian los nombres y las circunstancias, lo que siempre permanece es la violencia.
Lo ocurrido en la Autopista del Sol, frente a Chilpancingo, los dos estudiantes muertos por disparos policiales, recuerda de alguna manera lo sucedido en Aguas Blancas en 1995. En aquella ocasión, un grupo de campesinos ligados a organizaciones muy radicales (que a su vez tenían lazos con grupos armados), terminaron siendo emboscados en el paraje de Aguas Blancas, cuando se dirigían a un mitin en Atoyac de Álvarez y allí murieron 17 de sus integrantes. Poco después, el gobierno de Rubén Figueroa, que en principio negó los hechos, cayó cuando se divulgaron las imágenes de la matanza, indudablemente perpetrada por sus fuerzas de seguridad. A Figueroa le sucedió uno de sus más cercanos colaboradores, Ángel Heladio Aguirre, ahora también gobernador, entonces por el PRI, hoy por el PRD.
Los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa tienen muchos lazos políticos con los campesinos de la Sierra Sur que protagonizaron los hechos de Aguas Blancas. Unos y otros provienen de grupos extremadamente radicales, relacionados en muchos casos con organizaciones armadas. La masacre de Aguas Blancas catalizó la aparición pública del EPR (que ya existía desde tiempo atrás). Los hechos que dejaron dos muertos en Chilpancingo catalizarán la acción de grupos violentos que la tomarán como bandera. En el caso de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, son incontables los atropellos que cometieron en los últimos tiempos. Además de los constantes bloqueos, han secuestrado camiones, incluso de turismo, han bajado al pasaje y lo han dejado en la carretera; han agredido a autoridades y a la gente, tomaron negocios y gasolinerías (ayer incendiaron una en medio de la confrontación), y suelen ir armados a sus marchas. No es muy diferente a lo que hemos visto algunos años atrás, por ejemplo, con sus grupos hermanos de la APPO o de Atenco. Me parecen formas injustificables de hacer y de entender la política.
Pero no lo es menos la actuación gubernamental. Primero, porque la forma de detener este tipo de movimientos, cuando violan la ley, es haciéndola aplicar. Y si la norma es la impunidad, resulta muy difícil que ello ocurra. En Aguas Blancas se sabía que se estaba organizando un grupo armado y el gobierno de Figueroa decidió entonces “darles una lección” y hacer una típica demostración caciquil de fuerza. En este caso, quién sabe quién dio la orden y cómo ocurrieron los hechos: lo que las imágenes muestran es que hay miembros de la policía local, vestidos de civil, disparando contra los manifestantes. Y, aparentemente, por lo que se escucha en los videos, el intercambio de disparos es intenso y dura varios minutos. El comunicado oficial del gobierno del estado recuerda también al de Aguas Blancas: en aquél casi se desmentían los hechos, no había pasado nada; en el de ahora, ni siquiera se habla de los dos muertos. Hay, hoy, diferentes banderas partidarias, pero el estilo y la forma de gobernar son las mismas.
El problema es que los hechos críticos y la violencia de uno u otro lado al margen de la ley se han vuelto recurrentes en Guerrero. Un líder del Congreso y aspirante al gobierno local, favorito en las encuestas, asesinado en la puerta de su casa sin que hasta ahora nadie sepa nada; un diputado federal asesinado aparentemente por órdenes de un presidente municipal: el supuesto asesino material al que le pagó el munícipe, aparece muerto. Dos dirigentes campesinos desaparecidos. Innumerables crímenes políticos sin resolver, en la pasada y en la actual administración local. Y ahora estos dos muertos en Chilpancingo. A eso hay que sumarle el crimen organizado, los secuestros, las extorsiones, los grupos armados de todo tipo, la violencia en La Montaña y la Tierra Caliente. Pasan los años, cambian algunas circunstancias, pero las historias e incluso muchos de sus personajes, siguen siendo los mismos. Guerrero no ha conocido la democratización del país.
2011-12-14
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Represores pri-perredistas
Joel Ortega Juárez
2011-12-17
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Los hechos toman la palabra: la restauración ya está aquí: vuelve la era represiva, gane quien gane. Anulando el voto se les puede aislar.
Ni el más afiebrado enemigo del PRD, y anexas, hubiese realizado un guión trágico como el ocurrido el 12 de diciembre en Chilpancingo.
Dos estudiantes muertos en el asfalto. Imágenes terribles que muestran a tipos de civil disparando a los muchachos. Casi una réplica del Halcón de San Cosme hace 40 años.
Declaraciones grotescas del procurador, primero, y luego del gobernador: la policía iba desarmada. Más tarde iban armados, pero sin orden de disparar.
Difusión de un video, luego pidió disculpas el gobernador a la Policía Federal por ese video.
Detención y tortura del joven Nicolás Rodríguez Salgado para obligarlo a disparar al aire un AK-47, para dar positiva la prueba de rodizonato de sodio. Fueron más lejos que el procurador Sergio García Ramírez (hoy honorable consejero del IFE) y el resto de los policías de entonces, quienes fotografiaron con un arma larga a Enrique Quintero, para “demostrar” que los estudiantes dispararon contra los… estudiantes aquel trágico 10 de junio de 1971.
El humor negro no tiene parangón, se le pregunta al gobernador (reciente miembro del PRI, gobernador sustituto de Rubén Figueroa a raíz de la matanza de Aguas Blancas. Luego en su gestión ocurrió la matanza en El Charco 7/VII/98) ¿Y quién pidió el desalojo de la autopista? Contesta sin rubor: Sí, ese es el motivo de la investigación precisamente.
Salvo las lágrimas de cocodrilo derramadas por los burócratas, no existe condena tajante al gobernador Aguirre por parte de los dirigentes del PRD y sus aliados, tampoco de AMLO y su Morena.
Están más atareados mostrando sus “lecturas”, en contraste con la ignorancia supina de Peña Nieto y el clasismo de pacotilla de su hija y su yerno.
El patetismo de esta tragicomedia no tiene parangón.
Los estudiantes de la normal de Ayotzinapa e integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) no caen en la trampa y exigen juicio político para Aguirre. Se movilizan prácticamente solos. Los “izquierdistas” del PRD y anexas guardan silencio o parlotean evitando definirse.
A seis meses de las elecciones presidenciales, los hechos toman la palabra: la restauración ya está aquí: vuelve la era represiva, gane quien gane.
Con el PRI de Peña Nieto, clasismo chafa; con el priismo del PRD, represión grotesca; con el panismo la guerra antinarco. Con cualquiera de esas sopas del pestilente menú de la partidocracia, continuará la decadencia.
Nada es eterno.
Anulando el voto se les puede aislar.
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Violencia en Guerrero desde el poder
Ruth Zavaleta Salgado
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“Usando desmesuradamente la fuerza, los elementos policiacos habrían desalojado a los normalistas con tiros de armas de fuego, gases lacrimógenos y violentos golpes. El saldo de la represión ha sido de decenas de intoxicados, 56 personas detenidas, cuatro personas heridas, de las cuales el estudiante de la Normal Rural de TIxtla, Omar Cotino Morales, quien fue herido por atropellamiento y presentó fractura de rótula y contusión de los miembros pélvicos. Según información obtenida, una camioneta pasó por encima de los cuerpos de las personas y las hirieron en el pecho y en la pierna y hubo una persona herida de bala.”
Quien crea que esta es la nota de los hechos ocurridos el lunes 12 de noviembre de 2011, en Chilpancingo, Guerrero, se equivoca, esa es la nota del 14 de noviembre de 2007. Pero la lucha de los maestros egresados de las escuelas normales de ese estado no se remontan a tan sólo cinco años, la lucha de ellos tiene sus antecedentes desde los setenta, con Genaro Vázquez y Lucio Cabañas Barrientos, quienes tuvieron fuertes vínculos con la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el municipio de Tixtla.
Los habitantes de Tixtla son reconocidos, incluso, por su participación desde la Guerra de Independencia.
Según datos del INEGI, en 2010 contaba con un poco más de 40 mil habitantes. Su ubicación geográfica hace de este lugar el centro comercial y educativo de muchas comunidades, no sólo de ese municipio, sino de otros cercanos.
El atractivo de estudiar en la Escuela Normal para los jóvenes guerrerenses se encuentra en la posibilidad de trabajar inmediatamente después de concluir los estudios pero, desde hace algunos años, las plazas fueron limitadas por falta de presupuesto.
Es desde entonces cuando los jóvenes normalistas, al no tener opciones de trabajo, han mantenido una lucha permanente.
Su método de protesta ha sido, en algunos casos, en extremo violenta, por ejemplo, el 14 de noviembre de 2008, para recordar el desalojo del mismo día de 2007, destrozaron e incendiaron la puerta del Congreso local, arrojaron bombas molotov y ocasionaron diversos daños.
Incluso, en 2007, la Cámara de Diputados intervino a favor de estos jóvenes mediante un punto de acuerdo votado el 6 de diciembre con el fin de exhortar a las autoridades de la SEP para asignarles plazas y, hacer una exhortación al en esa época gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo, de atender el conflicto.
En ese entonces, quedaron asentadas en la versión estenográfica las palabras del en ese tiempo diputado Félix Castellanos Hernández: “…Llamamos al gobernador del estado a atender de manera responsable esta situación. No puede mandar golpear más a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. No puede tratar así a la juventud… Finalmente, les decimos a los egresados de Ayotzinapa que no están solos, que muchas organizaciones sociales e indígenas y campesinas están con ellos y muchas legisladoras y legisladores también…”
El punto de acuerdo fue votado a favor por la mayoría, pero como todos los asuntos de exhorto, son sólo llamadas de atención, sin sanción y sin ningún tipo de seguimiento y, al siguiente año, el Congreso de Guerrero estaba viviendo uno de sus días más difíciles y violentos contra los diputados.
El lunes, la sociedad en general ya no vio un desalojo violento. Ese día, como dan cuenta los videos presentados en algunos medios de comunicación e internet, vemos y escuchamos cómo los niños-jóvenes normalistas son acribillados de forma cobarde por quienes tenían en sus manos la posibilidad del imperio de la fuerza pública: por la autoridad.
Hoy podemos buscar muchos responsables de estos hechos y, de forma directa, el omnipotente gobernador, Ángel Aguirre, emanado del Partido de la Revolución Democrática, ya los señaló, pero esta responsabilidad es en parte compartida, debido a la indolencia de una clase política que en general actúa por emergencias. Una clase política que no importa de dónde emane, de la izquierda, de la derecha o del centro, está más preocupada por su futuro personal que por el de nuestro país. Combatir la pobreza y la desigualdad y prevenir con ello la violencia en cualquier estado de la República no está en la agenda nacional en este momento.
2011-12-15
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Ayotzinapa
Rodolfo Sámano García
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El sangriento lunes doce de diciembre es un caso atípico que aún se encuentra en la tinta de los diversos políticos, funcionarios y analistas. El gobernador Ángel Aguirre Rivero siempre ha tenido una distinción especial por los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” ubicada en el predio de la exhacienda de Ayotzinapa de la ciudad de Tixtla de Guerrero.
Becas, uniformes, computadoras para uso personal, celulares, comedor, tortillería, tractor, víveres, agua caliente en la alberca, dinero en efectivo, calzado, uniformes, colchones, cobertores, inversiones millonarias, autobuses, viáticos, dinero en efectivo para bailes y bacanales, borracheras con cargo al erario estatal, el centro de prostitución en que se convierte esta institución cada fin de semana y todo aquello que se les antoje a los niños consentidos, que al final de cuentas cursan semestres de quince días hábiles, calificaciones que exigen, pero al final de cuentas, egresan con un perfil deplorable, con un promedio que en la realidad estaría muy por abajo del cinco, en una escala del uno al diez.
¿Por qué son los alumnos quienes controlan el gasto millonario para la adquisición de los víveres y comestibles y son ellos quienes hacen los contratos con los proveedores sin tener que rendir cuenta de lo que se les entrega y lo que se gasta? ¿Quién se queda con el dinero de los porcentajes que reciben de los proveedores por las cantidades de compra?
Desde el inicio de esta administración del gobierno de Ángel Aguirre Rivero a los alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa fue de preferencia. En el Estado de Guerrero son nueve las Escuelas Normales Oficiales: Cinco de sostenimiento federal: CREN de Iguala; Escuela Normal Urbana Federal “Prof. Rafael Ramírez”; Escuela Normal Preescolar “Adolfo Viguri” Escuela Normal Regional de la Montaña de Tlapa de Comonfort y la de Ayotzi; Cuatro de sostenimiento Estatal: Centenaria Escuela Normal del Estado “Ignacio Manuel Altamirano”; Escuela Normal Regional de Tierra Caliente en Arcelia; Escuela Superior de Educación Física en Acapulco y la Escuela Normal “Vicente Guerrero” en Teloloapan. Nos preguntamos quienes trabajamos en las Escuelas Normales: ¿Por qué Ángel Aguirre siempre ha consentido a los de Ayotzi? ¿Por qué no ha tenido las mismas atenciones para con las otras ocho Escuela Normales? ¿Por qué Ayotzi vive en la abundancia y las otras ocho con grandes carencias y limitaciones? En las otras Escuelas Normales hay más gente de extracción campesina e indígena que en la propia Ayotzinapa. ¿Por qué tanta preferencia para una y el abandono de las otras ocho? Con lo invertido en Ayotzi, con esa misma cantidad en una escuela invertida en las otras ocho se elevaría considerablemente la calidad de la enseñanza, con Ayotzi en dinero tirado a la basura. Ayotzi es “un barril sin fondo”
Cuando empezaron las manifestaciones exigiendo más y más recursos, más prebendas para los niños consentidos del sistema y vemos cómo fluyen recursos y más recursos para tenerlos contentos ¿Qué más querían estos alumnos que no justifican esos gastos estratosféricos invertidos en su preparación?
Hoy entendemos que no es un problema de atención, no es un problema de recursos, no es un problema de la Secretaría de Educación Guerrero para con esta Escuela Normal, no es un problema de desatención del Gobernador hacia Ayotzinapa, si desde el primer día trató de complacer todas su exageradas y exorbitantes peticiones.
Se deduce que los líderes de Ayotzinapa obedecen a intereses muy ajenos a los educativos, detrás debe haber intereses de grupos políticos, de caciques, de capital, de política de alto nivel. No se puede entender como “unos pobres estudiantes de origen campesino o indígena tengan la capacidad económica para mover cientos de personas, de decenas de autobuses, de control de política de impacto nacional, de que los consorcios televisivos inviertan tanto tiempo “de sus noticieros” en el caso de Guerrero.
Es una consigna que debe existir para cobrar venganza por no haber acatado la disposición de cúpula de quién sería el candidato a la gubernatura del Estado y haberse lanzado bajo las siglas de una coalición de izquierda.
Con el actual movimiento “dizque estudiantil” está más que manifiesto que los líderes de Ayotzinapa están acatando órdenes superiores, manejados los líderes como títeres, y el resto del alumnado como “carne de cañón”. ¿Por qué tanto interés de los medios, de los grandes consorcios por “dos muertitos” ¿Y los más de cincuenta mil qué? ¿Acaso pesan más dos que cincuenta mil?
¿De dónde parte la consigna de hacer caer a Ángel Aguirre? ¿De los Pinos? ¿De Atlacomulco? ¿Del Comité Nacional del Partido Revolucionario Institucional? ¿Acaso vendrá de Tlapa de Comonfort? ¿Por qué están llenas las instalaciones de Ayotzinapa con gente de la APPO de Oaxaca, de San Mateo Atenco, de la CETEG, de la Sección 22 del SNTE de Oaxaca, de la guerrilla del Subcomandante Marcos de Chiapas, de las diferentes Escuelas Normales Rurales y de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México?
Dentro de las instalaciones de Ayotzinapa se puede encontrar por lo menos gente de unas veinte organizaciones sociales. ¿Qué hacen ahí? ¿Cuál es el verdadero propósito? ¿Por qué nada más dos muertos si las condiciones estaban para que hubiera más de cien?
Otra pregunta: ¿Qué piensa la sociedad de Chilpancingo, de Guerrero y de todo el país cuando se ven afectados con tantos desmanes impunes de los normalistas de Ayotzinapa? ¿Acaso en sus aulas los profesores les hablan de impunidad, de violación constante a la ley, de agredir de manera constante a la ciudadanía, de no estudiar, de recibir calificaciones semestrales regaladas, obtenidas bajo presión, bajo amenaza, dieces al fuerza?
Eso de “pobres muchachos” “pobres estudiantes que viven en un internado” Hay que entender que quienes estudian, quienes tienen la oportunidad de vivir en Ayotzinapa tienen condiciones equiparables a un paraíso, acostumbrados a mandar, a que de un gesto o una seña de inmediato los debe atender directamente el Gobernador, para ellos no hay jerarquías de funcionarios, de solicitar una audiencia, de esperar tiempos, ¡No! ellos a la voz de ya quieren que se les atienda, que les complazcan, que les satisfagan sus mínimos y ridículos caprichos.
Los guerrerenses no debemos permitir que se violenten las instituciones, que se ponga en jaque a un gobierno electo democráticamente por los ciudadanos mediante el voto. ¿Qué pasaría si les hacen caso a los de Ayotzinapa y hubiese un cambio de gobierno? Se instituiría una estructura de mando y se cambiaría el Palacio de Gobierno a Ayotzinapa?
rsamano_8@hotmail.com
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ARMANDO ESCOBAR ZAVALA

Ayotzinapa: los deberes de la amistad y de la ley

De nueva cuenta Guerrero es nota nacional. Y no precisamente en temas que nos llenen de orgullo.
Nuestra historia se repite, con los errores y horrores de las fuerzas del orden público.
El 30 de diciembre de 1960 el movimiento estudiantil apoyado por amplios sectores de la sociedad fue reprimido por la fuerza policiaca en el centro de la ciudad de Chilpancingo, represión que llevó a la caída del gobernador Raúl Caballero Aburto, el 4 de enero de 1961.
En aquel momento, todo se agravó, cuando un electricista colgaba una manta en un poste de luz y recibió un disparo que le causó la muerte.
Sobre los motivos determinantes que influyeron en la desaparición de los poderes en Guerrero, el doctor Marcial Rodríguez Saldaña escribió en su tesis doctoral (citando a Alba Teresa Estrada Castañón):
“Cuando entran en conjunción con otras fuerzas sociales, la crisis se profundizó con la imposición de familiares y amigos en los principales cargos burocráticos... El nepotismo del régimen, al monopolizar los cargos públicos, suscitó el descontento de funcionarios y lideres desplazados” (pág. 140).
Hasta aquí Rodríguez Saldaña. Hoy, cuando decenas de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, exigían el cumplimiento de una audiencia al gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, dos jóvenes fueron asesinados en la Autopista del Sol, por la Policía Ministerial de Guerrero, según prueban los videos de la Procuraduría General de la República.
Para facilitar las investigaciones, se tomó la decisión de separar de sus cargos al gabinete de seguridad pública. Decisión saludable pero que no es suficiente.
El capítulo Tercero, de la Ley Orgánica de la Administración Pública, sobre las competencias de las secretarias del Ejecutivo, se lee:
Articulo 20.- La Secretaría General de Gobierno es el órgano encargado de conducir, por delegación del Ejecutivo, la política interna del Estado, correspondiéndole el despacho de los asuntos siguientes:
XXXIX.- Proporcionar la atención adecuada y oportuna a las demandas que le presenten ciudadanos u organizaciones sociales y partidos políticos, en un marco de tolerancia, armonía y respeto, procurando mantener una relación efectiva y coordinada con los mismos en la solución de sus requerimientos, a través del diálogo, la concertación y el respaldo para facilitar su acceso puntual hacia los servicios públicos que brindan las dependencias y entidades del gobierno estatal;
En el conflicto que nos ocupa, esta dependencia no cumplió con la responsabilidad a que la Ley le obliga. En cinco ocasiones la solicitud de audiencia fue cancelada por esta instancia de gobierno.
El problema se dejó correr, por una errática estrategia política o irresponsabilidad de los funcionarios.
La defensa primaria del gobierno es patética. El discurso oficial y las inserciones de apoyo en los medios de comunicación parecen desprendidos de la misma matriz despótica de la década de los sesenta; para seguir el guión del autoritarismo, falta acusar a los estudiantes del delito de disolución social que bastaba para encarcelar a inconformes con el régimen.
La investigación debe llegar tan lejos como lo reclama el interés público.
La sociedad exige el castigo de quienes cobardemente asesinaron a estos jóvenes, pero sobre todo, de quién dio la orden de cometer tal barbarie.
Sin importar militancias políticas o afectos personales, los guerrerenses exigen justicia.
Decía don Benito Juárez:
Los deberes de la amistad concluyen, donde empieza el imperio de la Ley.
Consulta en: http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2011/12/23/index.php?section=opinion&article=002a1soc
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Sobre Ayotzinapa

Yo, ciudadano
López Rosas: luchas
Gustavo Martínez Castellanos
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En una conferencia dictada en este puerto, el licenciado Alberto López Rosas, ex Procurador de Justicia del Estado de Guerrero, insistió en la defensa de los policías ministeriales que tuvo a su cargo, hoy detenidos por el caso Ayotzinapa.
El evento ocupó el encabezado de la edición del lunes 19 del Sol de Acapulco y, la nota, más de la mitad de la página 7-A. En ella, José Francisco Zorrosa reproduce detalladamente la exposición del ex fiscal y menciona los elementos en que éste se apoya para probar la inocencia de sus ex agentes. Al final de la media plana, aún resuena potente su pregunta: ¿Por qué la PGR aún no ha encontrado a los verdaderos culpables?
Para López Rosas limpiar el nombre de sus ex agentes es limpiar su propio nombre. Y el del gobierno de Aguirre. Sin embargo, detrás de esos objetivos puede advertirse una aspiración mayor: dejar debidamente asentado que ni entre nuestros policías, ni entre sus mandos, ni en este gobierno, se encuentran los asesinos de los estudiantes normalistas: los guerrerenses no matan guerrerenses. La Procuraduría General de la República debe buscar en otro lado y debe buscar bien. No puede permitirse equivocarse en este caso.
Es por ello que, presumo, López Rosas presentó inmediatamente su renuncia y que, después, aceptó sin reparos su cese: para encarar con entera libertad al sistema judicial mexicano. Esa libertad, lo sabe, es imposible dentro del gobierno.
Y para el gobierno; obligado a moverse en la pesada institucionalidad que imponen los márgenes y los tiempos burocráticos y legales. Por ello, es que López Rosas tampoco replica al continuo “desmarcarmiento” que el gobierno hace de sus declaraciones. Ni, a su vez, refuerza el respeto con que el gobierno hace ese “desmarcamiento”, que si bien no reconoce su lucha, tampoco la descalifica. En esa sana distancia entre ambos hay un espacio en el que puede vislumbrase que de una u otra forma siguen trabajando juntos.
Vista así, es posible pensar que, hasta el momento, la lucha de López Rosas haya impedido que sus colaboradores sean injustamente declarados culpables. Y, además, que pueda orillar a la PGR a encontrar a los verdaderos responsables de la tragedia que enlutó Guerrero, a hacer justicia a los normalistas caídos y, con ello, dar consuelo a sus familias.
A partir de eso, y como una concomitancia, de ganarla, su lucha también podría conseguir revertir la mala imagen que este lamentable suceso imprimió a su carrera pública. Y al gobierno de Aguirre. Y, dentro de esos saldos, podría, inclusive, propiciar que, de ser hallados inocentes, sus muchachos puedan regresar pronto con sus familias.
Empero, desde un superior nivel, la lucha de López Rosas es una admonición, la justicia real debe exigirse con inteligencia y dentro de la legalidad: Ius semper loquitur; sí en beneficio y para, pero desde la sociedad.
Quienes me han leído recordarán que he señalado el daño que el gobierno municipal de López Rosas inflingió a la cultura en Acapulco al defenestrar a Aída Espino e imponer a José Dimayuga en su lugar, ya que éste, a su vez, catapultó a la mafiecita cultural que ahora nos agobia desde el IGC en persona de Citlali Guerrero. Con ese mismo afán de señalar la verdad, reconozco la entereza y el intelecto de López Rosas en esta lucha que, de ganarla, le daría a la Justicia en México –y en Guerrero- nuevos horizontes. Pero, sobre todo, daría sosiego a las dolientes familias de los estudiantes caídos y justo descanso a su memoria.
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Nos leemos en la crónica gustavomcastellano@gmail.com
www.culturacapulco.com; http://culturacapulco.blogspot.com

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Luto por la muerte de los estudiantes

Yo, ciudadano
Luto
Gustavo Martínez Castellanos
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Ningún interés común, ningún llamamiento al orden puede justificar la muerte de seres humanos. Aún cuando toda trasgresión a ese orden o interés adquiera la calidad de ser altamente punible, la muerte siempre será la peor de las salidas, porque sobre cualquier interpretación posible siempre prevalecerá el hecho de que la muerte de ciudadanos a manos de sus policías, aparte del dolor y la ausencia que propician en sus familias, desdice todo indicio de civilidad, de reflexión, de convivencia republicana y permite que se asome, día tras día, el rostro del terrorismo de Estado. Del abuso del poder. De la dictadura. Y ese rostro siempre invitará a la masa a la protesta; a la anarquía.
La muerte de dos estudiantes de la centenaria escuela Normal Rural de Ayotzinapa, presumiblemente a manos de las fuerzas de seguridad, ha enlutado de sobremanera al pueblo suriano. Lo ha enardecido. Lo ha hecho revivir horrores que creía superados porque ha trabajado arduamente para dejarlos atrás. Pero además, ha impuesto un nuevo nivel de entendimiento del gobierno por parte de nuestros funcionarios públicos. Y, en otro orden de ideas, un dejo de ironía al gobierno de Ángel Aguirre.
Aguirre ha sido el único gobernador que ha visitado la Normal de Ayotzinapa. La proveyó de camión y tractores; escuchó de viva voz a sus alumnos, convivió con ellos. Cada vez que se ha requerido ha enviado a sus colaboradores a atenderlos. Aguirre ha mostrado un especial interés por esa escuela y tal vez eso haya sido un error, pues entre la tradición de protesta de los “ayotzinapos” –como los conocemos desde hace algunos años-y ese interés del gobierno, podía surgir –y surgió- la oportunidad de que actores adversos al régimen extrapolaran las posturas de gobierno y de estudiantes para confrontarlos. Como ahora. Lamentablemente, a costa de vidas humanas.
Sobre esa ironía puede observarse que en ese afán de confrontar a ambas partes las fechas resultan simbólicas: a tres años de que finalizara su gobierno, Figueroa es obligado a renunciar a su cargo por la muerte de campesinos a manos de una policía estatal y Aguirre lo sustituye. A tres años del final del gobierno de Aguirre, la muerte de dos estudiantes propicia que los grupos políticos pidan su destitución. Y la desaparición de poderes.
Sin embargo, Aguirre no está dispuesto a repetir la historia; a veinticuatro horas del suceso ha cesado al Secretario de Seguridad Pública y al Procurador de Justicia; su gobierno no los conservará; ni los defenderá a ultranza como Figueroa hiciera con sus subalternos; los ha apartado de las investigaciones y los ha devuelto a una ciudadanía común para el libre análisis de sus respectivos errores. Del procurador: no vigilar las estrategias de su policía; declarar que los agentes ministeriales no iban armados; insistir en que ellos no dispararon y no observar que uno de los detenidos haya sido –según declaraciones de ese estudiante- torturado y obligado a disparar un arma AK 47 para que la prueba de radisonato fuera positiva y lo inculpara de la muerte de uno de sus compañeros.
Del Secretario de Seguridad, su ineficaz trabajo de inteligencia, la mala coordinación de las fuerzas de seguridad en el entorno; la ausencia de una estrategia de contención y de persuasión de protestas en conjunción con otros órganos y actores del gobierno. Y -hoy lo sabemos- no evitar la infiltración de actores ajenos al evento de protesta y de negociación.
Hoy, nadie parece recordar que Aguirre había propuesto a otros personajes para estos puestos. De hecho, había propuesto a un militar para la Secretaría de Seguridad, pero el PRD, en un afán que saltó a la vista de forma ineludible, exigió como cuota del partido ésos y otros puestos para miembros destacados de sus filas; aún cuando desde un artículo, Navarrete Gorjón, uno de los más finos y profundos analistas locales, había aplaudido la propuesta de Aguirre de que inclusive el secretario de Seguridad fuera de otra entidad del país, sobre todo para “evitar enlutecer un hogar guerrerense” en caso de que, como ocurría en otros estados, las mafias atentaran contra la vida del procurador o del secretario de Seguridad Pública. El afán de espacios de poder y de influencia en este gobierno por parte del PRD, impidió que la experiencia de Aguirre actuara a favor de su gobierno y, por supuesto, a favor de los guerrerenses todos. Ahí están los resultados.
Hoy, ni los grupos perredistas que ayer catapultaron a estos funcionarios a esos puestos, los apoyan. De hecho, desde hace meses que los habían abandonado a su suerte e, inclusive, en una inusitada muestra de rechazo, la buena prensa perredista había empezado a satanizarlos. Es evidente que sin ese apoyo el trabajo de ambos se dificultara. Pero más evidente resulta el hecho de que esos grupos no tuvieran interés en que Aguirre formara y realizara un buen gobierno. Hoy, fieles a sus prácticas no reconocen su error y, como cuando se equivocaron con Zeferino, tampoco recuerdan que ellos los empujaron a Casa Guerrero. Hace unos meses, insatisfechos con las canonjías recibidas a cambio, los abandonaron como ya es costumbre en el perredismo local.
Y, expusieron al gobierno de Aguirre a este grado de inoperancia en el que ya nos debe, a los guerrerenses, el esclarecimiento total de este fatídico suceso. La identificación y aprehensión inmediata de quienes ajenos o no al suceso accionaron de forma homicida sus armas y le arrebataron la vida a dos jóvenes estudiantes. La devolución de la confianza no en su gobierno sino en el gobierno y en las instituciones. Y el planteamiento inexcusable de una forma eficaz de convivencia no nada más entre ciudadanos, sino entre éstos, el gobierno y sus instituciones. La protesta de los “ayotzinapos” y la muerte de los estudiantes debe enmarcarse en un ámbito más amplio y profundo de visión de la lucha social.
Es inevitable que la herida que hoy se ha abierto en la comunidad estudiantil de Guerrero sangre al más mínimo roce; pero también es un hecho que si Aguirre ya dio el primer paso para no volver a tropezar en este caso debe dar los demás: depurar sus cuerpos policíacos, capacitarlos, hacerlos ingresar en la dinámica social que hoy vive Guerrero aún inserto en sus grandes contrastes: carencias propias de un entorno rural y exigencias de un sentido altamente urbano y tecnologizado (la cantidad de videos que han aparecido ejercen una distancia que podría catalogarse también de irónica con referencia a Aguas Blancas).
Para ello, debe reforzar los elementos de cohesión social que hasta el momento le han dado resultado en la consolidación del abatimiento de los índices de la violencia en Guerrero y en la reactivación de nuestra economía regional; pero, además, debe otorgar atención directa a las familias de las víctimas, exponer propuestas de mejoramiento de las condiciones de la Normal de Ayotzinapa –con la mitad de lo que el Congreso donó al CRIT se hubieran solucionado muchas de sus exigencias- y acabar con la tradición de satanismo que los gobiernos anteriores han cimentado sobre el prestigio de esa escuela normal y a la que ha ayudado sobremanera su aguerrida forma de hacerse escuchar.
Hoy, nuevamente, Guerrero está herido. Lastimado. Sangra y llora por sus hijos. No podemos remediar lo ocurrido. Nos quedan la esperanza y la confianza en nosotros mismos. Debemos trabajar porque el pueblo suriano jamás vuelva a vivir horas amargas como ésta. Y vigilar que los avances que hemos conquistado no nos sean arrebatados por nadie, menos aún por agentes protervos que, incapaces de valorar y respetar la vida humana, hoy han cubierto de luto a Guerrero. Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com
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