miércoles, 27 de noviembre de 2013

INVITACIÓN A LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO: Alma Calentana del poeta calentano J. Félix Cruz

Alma Calentana (Coplas, canciones, corridos, huapangos y sones), del poeta calentano J. Félix Cruz, en la 15ª. Feria del Libro de Taxco 2013 / Estado De Guerrero

Jueves 28 de noviembre de 2013
HORA: 18:00 Horas
LUGAR: Centro Cultural Taxco-Casa Borda

domingo, 3 de noviembre de 2013

Liberalismo, laicidad, por Mauricio Leyva Castrejón

LIBERALISMO, LAICIDAD Y LAICA INTERNACIONAL
Por MAURICIO LEYVA CASTREJÓN
Participación en el XIV Congreso Nacional de Avanzada Liberal Democrática
en San Luis de la Patria, San Luis Potosí.
 
El laicismo no es un derecho, es una necesidad. El hombre que vive atado al dogma existe en un universo finito y, en consecuencia, limitado tanto en la voz como en el actuar. De ahí que Liberalismo y Laicidad cohabiten en lo más profundo del hombre. Ambas son tesis con cuerpo propio, pero no puede subsistir el uno sin la otra. Atacados como lo han sido, laicismo y liberalismo han luchado y resistido los embates de los poderes proclives al sometimiento porque mientras el estado natural del pensamiento es la libertad, el dogma, en contraparte funciona para contener la fuerza del intelecto.
Contrario a lo que sostienen los detractores del laicismo, la religión no es una parte constitutiva de los derechos sociales del hombre; si algo da sustento al hombre, son las necesidades que corresponden a su propia naturaleza; en este sentido el liberalismo (que en sí mismo es más que la libertad) resulta una necesidad  que corresponde al carácter intrínseco del hombre: primero pienso, luego existo, dijo René Descartes. Y  Descartes lo sostuvo porque sin el pensamiento no hay vuelo, ni se ensanchan los horizontes del alma ni se extienden los continentes del conocimiento.
Sin un respeto a la libertad del hombre por creer en lo que sea, el arte tampoco conocería su potencial y, no podría trascender al hombre ni así mismo porque el laicismo, más que una postura política es una postura filosófica con un alto impacto en la vida social.
En la república del pensamiento libre, en donde existe un respeto a la autonomía del que existe, la Soberanía de la idea eleva al hombre a la categoría de hombre, y le permite construirse y construir el mundo que le rodea, consciente de que su obra será un espacio de infinita creación para los ciudadanos, que son los que sustentan la vida de las naciones. Con base a esto considero que el Laicismo no puede continuar abordándose como un tópico de mero alcance político, sino como una situación de primer orden en el contexto humano e intelectual y debe sostener principalmente los siguientes cinco ejes que me permito proponer:
·         La libertad del pensamiento, que no es otra cosa más que la libertad de existir intelectualmente.
·         La universalidad del ser,  que tiene que ver con el hecho de formar parte del todo a través del conocimiento universal que no se puede alcanzar a través del dogma.
·         La autonomía del espíritu creativo, que tiene que ver con el crecimiento espiritual y artístico para plantear las obras que el nuevo milenio requiere.
·         El respeto del que existe, a medida que el otro existe, existo yo.
·         La divergencia de los pensamientos humanos como punto neurálgico para generar los nuevos conceptos que se requieren.
Tomando estos cinco ejes como referencia elemental de mi intervención, concluyo que en la actualidad, uno de los principales retos que enfrenta Laica Internacional es la resistencia de la libertad de pensamiento ante poderes reales que van más allá del catolicismo, que era la principal fuerza opositora, y que a principios del siglo XX prolifera por problemas más sustanciales del hombre.
George Bataille afirmaba que: El mundo al que pertenecemos no propone nada para más allá de cada insuficiencia individual. Y este es también un reto real al que se le suma la falta de fe en los sistemas religiosos actuales que al final sólo son variantes de un sistema que se reproduce a sí mismo. De allí que el laicismo luche para reinventarse constantemente como concepto porque sin su renovación, se torna vulnerable cuando lo poderes que sostienen los  dogmas religiosos emprenden una ofensiva contra ella.
La permanencia del Laicismo depende de la capacidad que tenga para  reinventarse como concepto porque hacer las cosas como siempre, genera los resultados de siempre. De allí que necesita echar mano de sus reservas intelectuales, de los mejores hombres y mujeres, debe darle sentido a la historia moderna para dotar de nuevos significados un mundo que se mueve distinto, que habla diferente, que vive de otro modo pero que al final… necesita del ser humano como ente inteligente, libre, pensante y actuante.