jueves, 25 de noviembre de 2010

Sobre Migración a Estados Unidos

La esperada DREAM Act

Mario Melgar Adalid.
George W. Bush ha publicado sus memorias (Decisions Points). Mantiene con ello la tradición política de los presidentes estadunidenses de dar a conocer puntos finos al término de su gestión. Las referencias a nuestro país son marginales. Bush reconoce la amistad que lo ligó con Vicente Fox. El único asunto vinculado con México que desarrolla con cierto detalle es el relativo al tema migratorio.
Dice Bush que la primera cena oficial de Estado fue la ofrecida al Presidente mexicano. En esa ocasión los mandatarios hablaron sobre migración. Bush estaba de acuerdo en un esquema de trabajadores temporales a los que se les otorgaría una visa de trabajo durante un periodo fijo para que se incorporaran legalmente a la economía de Estados Unidos. Dice Bush que Fox insistió en la regularización de millones de mexicanos indocumentados. Lo que se llamó la "Enchilada Completa."
Bush comenta, contrario a lo que el gobierno foxista nos hizo creer, que le aclaró a Fox que eso jamás ocurriría. Una decisión de esa naturaleza hubiera sido una amnistía que hubiera roto con el Estado de derecho y hubiera incentivado la migración ilegal.
Vino el ataque del 11 de septiembre y Bush enfiló sus baterías a controlar la frontera para garantizar la seguridad de esa región y promover el programa de trabajadores temporales. Bush declara en su libro una y otra vez que para él la solución es un programa de trabajadores temporales que acabaría con los coyotes (nosotros les decimos polleros) y permitiría a los agentes de la Patrulla Fronteriza perseguir a los narcotraficantes y terroristas.
Bush recuerda su informe de 2006 sobre migración. Contenía cinco capítulos: (1) una gran inversión en la frontera para garantizar la seguridad: duplicar el personal de la Patrulla Fronteriza y llevar seis mil efectivos de la Guardia Nacional para apoyar a la Patrulla. (2) El programa de trabajadores temporales (braceros en español antiguo). (3) Vigilancia estricta de la ley migratoria en el sector productivo para evitar la contratación de ilegales. (4) Promover la asimilación de los extranjeros mediante programas para aprender inglés.
El quinto y más complicado fue precisamente por lo que ciertamente luchó Fox, lamentablemente sin suerte. ¿Qué hacer con aproximadamente doce millones de migrantes ilegales, la gran mayoría mexicanos?
Dice Bush que algunos de sus compatriotas le exigían una deportación masiva. Otros, por el contrario, pensaban que debería darse una amnistía total. Bush cree que hay un punto intermedio. No es lo mismo quienes acaban de llegar y quienes llevan muchos años en Estados Unidos, "que han sentado raíces como miembros responsables de la comunidad", escribió. Su propuesta entonces fue que esos migrantes ilegales soliciten su ciudadanía, después de una revisión exhaustiva, paguen una multa, cubran impuestos atrasados y aprendan inglés para formarse en líneas atrás de quienes cumplieron con las leyes. A los pocos días el Senado interpuso una iniciativa de ley, con estos elementos, patrocinada por los republicanos Chuck Hagel y Mel Martinez.
La Cámara de Representantes, que solamente acepta reformas migratorias que impliquen seguridad en las fronteras, no pudo hacer nada antes de las elecciones intermedias de 2006. Después, dice Bush, algo triste, llegaron los demócratas y tomaron el control del Congreso.
Ahora Obama reabre el tema migratorio con la DREAM Act.
La Ley de Obama consiste en compensar a quienes han hecho un esfuerzo extraordinario en estudiar y hayan obtenido un grado académico universitario y a quienes formen parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos. No es la enchilada que soñó Fox, pero algo ayuda. Puede ser el inicio de lo que para muchos que se fueron de México porque vivían una pesadilla, se convertirá en un sueño, como las siglas de la ley que será debatida en el Congreso de EU.
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Publicado en Excelsior, 23 de noviembre de 2010