jueves, 26 de febrero de 2009

Asesinato de dirigentes indígenas mixtecos

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Indígenas asesinados
Marcial Rodríguez Saldaña
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La impunidad, la inseguridad y la violencia siguen creciendo en la república, y en Guerrero ahora tocó a dos dirigentes indígenas mixtecos de Ayutla –Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas– la desgracia de ser asesinados.
1.- Los mixtecos acribillados eran líderes de la Organización para el Futuro de los Pueblos Mixtecos, a la cual pertenecían los indígenas asesinados por elementos del ejército mexicano en El Charco en 1997; sus actividades, junto con la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa, se concentraban en la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas.
2.- En las regiones de la Costa Chica, en donde se proclamó el Plan de Ayutla elaborado por Juan Álvarez para derrocar al dictador Antonio López de Santa Anna, y de La Montaña de Guerrero, han sido recurrentes las violaciones a los derechos humanos; además de la masacre de los indígenas en El Charco se han denunciado esterilizaciones forzadas de hombres y mujeres indígenas, violaciones de mujeres indígenas por soldados como ocurrió en el 2002 con Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega y los asesinatos de mujeres indígenas como de la junio del 2003 en Barranca de Guadalupe.
3.- La lista de violaciones a los derechos humanos en contra de indígenas en Costa Chica y La Montaña de Guerrero es larga, y no ha sido suficiente para las instituciones del Estado mexicano condenar a los indígenas a sobrevivir en las peores condiciones de pobreza y miseria, sino que además en forma periódica se ensañan con ellos cometiendo en su contra las mas graves vejaciones a sus derechos.
4.- El crimen cometido en contra de los líderes indígenas Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas es una prueba más de la impunidad que prevalece en el país y en Guerrero; antes de su asesinato, los indígenas habían sido privados de su libertad con lujo de violencia, al mediodía en un evento público en Ayutla, lo cual refleja el grado de indefensión en que se encuentran los indígenas en particular y la población en general.
5.- La privación ilegal de la libertad de los indígenas fue denunciada inmediatamente por la familia y por organizaciones protectoras de derechos humanos, a las autoridades de todos los niveles de gobierno, sin embargo no hubo poder público que fuese capaz de buscar y encontrar a los indígenas para evitar que los asesinaran.
6.- No hay necesidad de que sigan ocurriendo más violaciones a los derechos humanos y asesinatos de indígenas en estas regiones de Guerrero, para que los gobiernos federal, estatal y municipales, que tienen la responsabilidad de otorgar seguridad a la población pongan un alto a estas interminables agresiones a los indígenas; el clamor de los familiares de los indígenas asesinados y de las organizaciones defensoras de los derechos humanos es que haya justicia.
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