martes, 27 de diciembre de 2011

Más sobre Ayotzinapa...


Arde Guerrero
José Cárdenas
2011-12-16
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Ángel Aguirre Rivero no sabe ni contar muertos. Hasta en eso se equivoca. Desde la soberbia del poder guerrerense dio por fallecido al empleado de la gasolinería atacada por los normalistas de Ayotzinapa. El IMSS lo desmintió. Está muy grave… pero vivo.
El asesinato a mansalva de los dos estudiantes en Chilpancingo y la criminalización de la protesta recuerdan que vivimos en el México bronco… y también nos trae a la memoria el origen de este gobernador tránsfuga del PRI. Sí… el mismo que arribó al poder guerrerense después de la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas. Aguirre Rivero tapó los agujeros que dejaron las balas disparadas por órdenes de su “padrino”, Rubén Figueroa. Dieciséis años después, se evidencia que la historia violenta de Guerrero es circular, los demonios son los mismos, la maldición se repite.
Da vergüenza la incapacidad de los uniformados para levantar una barricada incendiaria en una gasolinera y emprenderla a tiros contra los estudiantes armados de piedras y bombas de humo. No es lo mismo una “molotov” que un arsenal de rifles R-15. El gobernador culpa a la Policía Federal, le avienta los muertos al titular de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y suplica una investigación de la PGR, como si él no tuviera vela en el entierro.
“Yo tengo la conciencia tranquila... yo no di la orden de que llevaran armas y menos de que dispararan… no vamos a permitir la impunidad”, alega el nervioso mandatario, en defensa propia.
La Policía Federal revira: “No hay un solo video o fotografía que muestre a los elementos federales disparando; bloqueos como éste tenemos de 10 al mes, y jamás se ha registrado un muerto”. Sí, la PF reconoce que abusó de la fuerza. Pero de ahí a disparar sobre los jóvenes, hay un abismo. El caso es que de todas las policías involucradas no se hace una. Once agentes municipales han sido presentados ante la justicia. Entre ellos, el gordo de camiseta verde a rayas. El que se ve cuando dispara contra los estudiantes de Ayotzinapa, protegido por uniformados.
–¿Con esos detenidos pretenden lavarle la cara a sus superiores ineptos?
Estudiantes, partidos de oposición y la sociedad guerrerense exigen juicio político al gobernador, que se vaya, como el procurador y el secretario de Seguridad Pública. Negligencia y abuso de autoridad podrían ser las acusaciones contra quienes resulten responsables del sangriento episodio. Aunque parezca ridículo, Aguirre dijo que “todo esto es un complot… y que por eso no se va… y que le hagan como quieran”. Con esto demuestra el calibre de su liderazgo movido por las mañas caciquiles aprendidas en las cloacas de la política mafiosa.
–¿Aguirre Rivero es el mejor ex alumno de Rubén Figueroa?
–¿Quien viene de la sangre, a la sangre regresa?
Si la cabeza del gobernador no pende de un hilo, debería.
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Guerrero y los muertos
Néstor Ojeda
2011-12-18
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A estas alturas a nadie le queda duda que el operativo ordenado por el gobierno de Guerrero para desalojar de la Autopista del Sol a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa fue absolutamente desaseado y muestra de que las policías en buena parte de la República son una institución que perpetúa el abuso de autoridad, la ineptitud y el desprecio por la ley y la vida humana como prácticas comunes y cotidianas.

El gobernador, Ángel Heladio Aguirre Rivero, actuó con celeridad y enmendó las pifias de sus jefes policiacos con el cese fulminante del procurador de Justicia y el secretario y subsecretario de Seguridad Pública estatales, así como al poner en manos de la Procuraduría General de la República la investigación de los hechos que llevaron a la muerte a dos estudiantes desarmados, que quedaron tendidos en el asfalto de esa carretera.

Sin embargo, aún falta mucho para declarar el caso cerrado. Es necesario que los policías que dispararon sus armas contra los estudiantes sean detenidos, encarcelados y juzgados al igual que los funcionarios que ordenaron que las fuerzas del orden fueran armadas a enfrentarse con los normalistas de Ayotzinapa.

Pero no sólo eso, el gobierno de Ánge Heladio Aguirre Rivero está obligado a cumplir las promesas de apoyo que hizo a los estudiantes de Guerrero, para que se reivindique con la sociedad civil y se muestre como una administración comprometida con los guerrerenses, y no con la reproducción de los cacicazgos que han sumido en la miseria a los habitantes de ese, uno de los estados más pobres de un país que se sigue debatiendo entre la modernidad y el atraso.

Por otra parte, triste y vergonzosa es sin duda la forma en que ha reaccionado la llamada izquierda mexicana frente a la masacre de estudiantes guerrerense. Atados a la seudodisciplina partidista han optado por el silencio en lugar de censurar este acto de barbarie que se consumó en la carretera México-Acapulco.

Lamentable es la forma en que la izquierda, atrapada en la simple disputa por los cargos de elección y la lucha por el poder, abandonó los principios y la defensa de las mejores causas.

Así las cosas, la sociedad guerrerense está agraviada y la izquierda partidista y sus voceros oficiosos han quedado manchados por el silencio cómplice.
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O los dejan hacer o los matan, ¿no hay de otra?
Luis González de Alba

2011-12-19
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La nota de Rogelio Agustín en MILENIO, 16.XII.2011, resulta aterradora por el abismo de oscuridad que muestra en el corazón de jóvenes: “La gasolinera fue incendiada por estudiantes de la normal de Ayotzinapa”, sostuvo el gerente. “Aseguró que su empleado Gonzalo Rivas Cámara fue alcanzado por la explosión de una garrafa”. En síntesis: rociaron de gasolina una bomba y arrojaron un cerillo. Gonzalo trató de apagar el fuego con un extinguidor, pero la garrafa dejada en alto por el estudiante estalló y bañó en fuego al trabajador.
“Especialistas en el Hospital Lomas Verdes del IMSS informaron que el trabajador Gonzalo Rivas se encuentra grave pero aún con vida, según difundió Radio Fórmula, en el programa de José Cárdenas”. Es posible que muera y es seguro que quedará marcado de por vida.
¿Por qué los normalistas incendiaron la gasolinera? Para defenderse de la policía. ¿Por qué llegaron policías estatales y federales? Porque los normalistas habían bloqueado la autopista México-Acapulco. ¿Por qué la habían bloqueado? Para exigir plaza automática a perpetuidad, y otras cosillas, al terminar normal. ¿Esas plazas las otorgan las gasolineras o los administradores de autopistas? No. ¿Entonces? Pregúntele a los bloqueadores, incendiarios y asesinos si muere Gonzalo Rivas.
Durante ya 40 años, los gobiernos de los tres niveles, han acostumbrado a los manifestantes a la absoluta impunidad: bloquear avenidas y carreteras, tomar casetas de pago, quemar gasolineras… De nada vale argumentar que nada de eso está contemplado en el derecho constitucional de manifestación.
Al delito de quienes bloquean una carretera e incendian una gasolinera, las policías responden a balazos y hay, por si algo nos faltara, dos manifestantes muertos. Impunidad absoluta o asesinato. ¿Y los cañones de agua, los gases lacrimógenos, las balas de goma que en todo el mundo se emplean para impedir que un grupo se apodere de calles, de carreteras y afecte los derechos de miles de terceros?
¿Quién gobierna Guerrero? El mismo Ángel Heladio Aguirre, priista que sucedió a Rubén Figueroa cuando la matanza de Aguas Blancas, es hoy gobernador por el PRD… sí, por el PRD. De eso se llenó el PRD.
“En el caso de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, son incontables los atropellos que han cometido en los últimos tiempos. Además de los constantes bloqueos, han secuestrado camiones, incluso de turismo, han bajado al pasaje y lo han dejado en la carretera; han agredido a autoridades y a la gente, han tomado negocios y gasolineras (incendiaron una en medio de la confrontación), y suelen ir armados a sus marchas. No es muy diferente a lo que hemos visto algunos años atrás, por ejemplo, con sus grupos hermanos de la APPO o de Atenco. Me parecen formas injustificables de hacer y de entender la política.” Jorge Fernández Menéndez, Excélsior, 14.XII.
Han quedado como héroes; no, no lo son. Exigen un privilegio del que no goza ningún mexicano: empleo seguro con sólo terminar una carrera de pésima calidad, plaza inamovible…
Por exigencias no queda: jubilación temprana sin desigualdad condicionada al desempeño, hospital, funeral, y ayuda a los huérfanos… que heredan la franquicia “estudiante”, y vuelta a empezar, a dar vueltas al molino del asistencialismo que hizo del PRI la única opción por 70 años. Aceptar esa extorsión fue su éxito: con dádivas discrecionales fundó su corporativismo. La autocomplacencia se instaló como justicia social. No levantaron así sus plantas de científicos Japón, Alemania, Corea del Sur o China. Hoy al frente de las industrias de punta. Pero sus niveles de exigencia escolar serían vistos aquí como obstáculos a la juventud.
Como sociedad, hemos hecho callo para los eufemismos: los normalistas bloquean pacíficamente la autopista México-Acapulco, pacíficamente toman una gasolinera para pacíficamente llenar de gasolina botellas para bombas molotov que serán empleadas para defender la protesta social.
Con timidez y respeto podríamos implorar a los maestros que estudien un poquitín más y acepten evaluaciones, a los alumnos que admitan un plazo para recibirse y exámenes más rigurosos en tanto más presupuesto público reciba la institución educativa elegida. Nada nuevo: como en Cuba o China
O de plano: salimos todos a seguir la táctica militar llamada “de campo arrasado” o “de tierra quemada”. La aplicaron los rusos contra Napoleón y los mexicanos contra Napoleón III.
El vino de los bravos (y unos tequilas). (Planeta, 2011).
www.luisgonzalezdealba.com 
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¿Por qué, gobernador Aguirre?

Ciro Gómez Leyva

2011-12-14 

Cuesta mucho comprender la forma en que se ha desempeñado el gobierno de Ángel Aguirre en las últimas 48 horas:

* Envía en forma descoordinada a sus policías estatal y ministerial a romper el bloqueo de la Autopista del Sol. Ahora sabemos que los normalistas que la bloqueaban eran un grupo razonablemente fácil de dispersar.

• Ya con la información de que dos jóvenes habían muerto en los hechos, el gobierno de Guerrero se trata de curar en salud con un comunicado donde expresa que es respetuoso de las garantías individuales.

• Pese a las evidencias de que sus policías ministeriales habían disparado contra los manifestantes, el procurador asegura que iban desarmados.

• El gobernador deja la defensa en el procurador y el secretario de Seguridad Pública. Horas después, los despide con el argumento de que no pueden ser juez y parte en una “investigación independiente”.

• El equipo del gobernador difunde un video para crear la percepción de que la responsable fue la Policía Federal que, de inmediato, responde con un documento más sólido que acaba de hundir a la ministerial guerrerense. “Lo hacemos con evidencia física, no evidencia de video”, dice fulminante en MILENIO Televisión el vocero de los federales.

Demasiados errores en tan poco tiempo para un hombre cuya principal tarjeta de presentación era la experiencia. Sin pararrayos en la procuraduría y la policía estatal, los trallazos pegan ahora en el cuerpo de Ángel Aguirre, de quien ayer empezaron a renegar hasta sus aliados perredistas.

Por no hablar de sus aliados en la lucha contra los criminales: la policía de Genaro García Luna, a la que quiso desprestigiar groseramente, como un gobernador novato.

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Los muertos de Ayotzinapa
Roberto Ramírez Bravo
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Al minuto 40 del primer día del año, según la información oficial disponible, falleció Gonzalo Miguel Rivas Cámara, empleado de la gasolinera Eva, lesionado el 12 de diciembre al tratar de sofocar el incendio en una de las bombas del establecimiento en el percance donde murieron dos normalistas asesinados por policías enviados a desalojar un bloqueo en la autopista del Sol.
La de Rivas Cámara es una muerte absurda y tan condenable como la de los dos estudiantes baleados en el mismo día, y hay razón para exigir una investigación puntual en este caso como en la muerte de Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, y que se castigue a los responsables.
El encargado de la gasolinera, Alejandro Montealegre Borges, hizo un relato sobre el incendio –que puede consultarse en un video disponible en Youtube- en el que precisa lo siguiente: “entraron (al establecimiento) dos tipos vestidos de rojo, les puedo asegurar que decía (en la playera) Normal de Ayotzinapa, porque yo los vi de frente; uno de ellos traía una garrafa de gasolina y empezó a rociar la bomba y depositó el restante de la garrafa en la parte superior de la bomba, y de su pantalón extrajo unos cerillos, varios de nuestros compañeros y yo en lo personal le gritamos que no fuera a prenderle fuego, y él hizo caso omiso, (y) prendió fuego, y a esto los policías federales se dieron cuenta de ese hecho, y los muchachos estos se dieron a la fuga cruzando todo el patio de servicio”.
El encargado de la Procuraduría, César de los Santos Mendoza –según una nota de Milenio– informó que ya se identificó a dos posibles autores del incendio que provocó la muerte de Rivas Cámara. Según el funcionario se han analizado fotografías y videos para determinar la presunta responsabilidad, y en esta misma semana habrá noticias nuevas al respecto. Se entiende que podrían ser detenidos. Fuera de eso, las indagatorias se mantienen hasta el momento con suficiente reserva.
Sin embargo, conviene analizar qué resortes condujeron a acometer un acto tan temerario como prender fuego a una estación de gasolina. Algunos normalistas han asegurado que los de la playera roja son infiltrados, con la intención de criminalizar su movimiento; otras voces sugieren algo similar, pero con el objetivo de desestabilizar al gobierno de Ángel Aguirre Rivero.
Como sea, es un hecho demasiado oprobioso que debe ser aclarado a cabalidad. Los estudiantes pertenecen a una escuela que tiene una amplia tradición de lucha, en la que se forjaron figuras como Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas, Othón Salazar Ramírez; han salido de ahí luchadores de izquierda, gente que participó en algún momento en movimientos guerrilleros y en ese sentido es completamente previsible que la lucha tome un carácter radical. Pero una cosa es gritar, exigir, bloquear carreteras, dejar paso libre en casetas de la autopista, apedrearse con los policías, y otra muy diferente es incendiar una gasolinera.
Hay que decir, sin embargo, que en esa tendencia, algunas acciones, como bajar a pasajeros para llevarse los autobuses, incluidas las maletas, han contribuido a formar en el ciudadano común una imagen negativa de los normalistas y, aprovechando esa imagen, podrían haber facilitado una infiltración, en la lógica de que sería creíble que hubieran incendiado las bombas.
Sin menoscabo de que lo que demuestren las investigaciones, a nadie debería sorprender la existencia de posibles infiltrados, de los cuales está llena la historia represiva en México.
La Procuraduría en ese sentido tiene la obligación de hacer una labor muy profesional para poder presentar pruebas objetivas sobre la autoría del incendio, y no caer en lo que ocurrió en las primeras horas de la represión, cuando se intentó culpar a los propios normalistas de haber matado a sus compañeros.
El gobierno del estado también debe evitar caer en el recurso fácil de culpar a los normalistas para distender las críticas por la muerte de los dos estudiantes, en especial si no tiene a la mano todas las pruebas de los hechos.
Habría que reconocer en el gobernador Ángel Aguirre a un político experimentado, y paciente, que cuando comenzó su primer período como interino, tuvo que hacer un trabajo de recomposición del tejido social tras la matanza de Aguas Blancas. Ahora es momento de actuar otra vez con prudencia, sin oír a las voces que al oído le susurran la opción del endurecimiento.
Son tres ya los muertos del 12 de diciembre, y los autores de todos deben ser castigados. En eso estará la clave de la reconciliación. Y, también, en volver a ver a la normal como lo que es: una institución necesaria para el estado, que requiere ser parte de una política integral en materia de educación.
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Consulta en:
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2012/01/03/index.php?section=opinion&article=002a1soc

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