martes, 22 de septiembre de 2009

Discurso del Presidente de la República al entregar al Dr. Roberto Arroyo Matus el Premio Nacional de Protección Civil

A continuación trascribimos el discurso que pronunció el Presidente de la República en el Día Nacional de Protección Civil, en Palacio Nacional, el pasado 19 de septiembre de 2009, durante la ceremonia en la cual se entregó al Dr. Roberto Arroyo Matus, el Premio Nacional de Protección Civil:
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Muy buenos días, señoras y señores.
Muy estimados colaboradores del Gabinete del Poder Ejecutivo.
General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.
Almirante Mariano Francisco Saynez Mendonza, Secretario de Marina.
Licenciado Fernando Gómez Mont, Secretario de Gobernación.
Licenciada Laura Gurza, Directora del Sistema de Protección Civil.
Muy estimados amigos galardonados.
Muy estimados grupos de la sociedad civil, de Rescate Alpino, de los cuerpos de rescate del país, de Topos, de Protección Civil de distintas entidades.
Estimados ganadores del Premio Nacional de Protección Civil.
Señor Director del Instituto Politécnico Nacional, doctor Enrique Villa.
Señores representantes de la academia.
Señoras y señores:
Hoy, a 24 años de los sismos de 1985, rendimos homenaje a los miles de mexicanas y mexicanos que perdieron la vida en una de las mayores tragedias de la vida nacional.
Los terremotos del 19, principalmente, y también del 20 de septiembre de aquel año, dejaron una profunda huella de dolor que sacudió la conciencia nacional. Sin embargo, la memoria de este acontecimiento no es sólo de tristeza, es también una memoria de valentía, de dignidad ciudadana y de orgullo.
Porque frente a la magnitud del desastre, al caos inicial y al desorden, el pueblo se organizó, se organizó de manera voluntaria, valiente, espontánea, para rescatar a muchos damnificados.
En medio de la emergencia surgieron innumerables muestras de afecto, de generosidad y de entrega de los mexicanos. Y de ahí surgió este Día Nacional de Protección Civil, donde recordamos la heroica respuesta de vecinos, voluntarios, médicos, enfermeras, bomberos, policías, rescatistas, soldados, marinos, en torno a los cuales se ha integrado una sólida columna vertebral que ha permitido superar la Protección Civil día con día en nuestro país.
Ha sido ya casi un cuarto de siglo de aprendizaje, casi un cuarto de siglo en el que una y otra vez México se esfuerza para enfrentar, y cada día más, para prevenir los desastres naturales que acompañan a cualquier sociedad.
En los sismos de 1985 despertó un México especial, el México de la solidaridad, de la fraternidad, del humanismo; el México de la unidad y el trabajo colectivo para superar los retos que nos toca vivir; el México que no se arredra ante la adversidad y que siempre encuentra el camino para salir adelante.
Más allá de ese despertar ciudadano, la mayor lección que dejó a los mexicanos esta tragedia fue, quizá, la importancia de contar con un eficaz Sistema Nacional de Protección Civil. Desde entonces nuestro país se viene preparando para proteger mejor a la población ante cualquier emergencia o desastre.
México se ha preparado con la elaboración de un Atlas Nacional de Riesgos, con la instalación de una Red Sísmica Nacional, con el monitoreo permanente de volcanes en activo, con la puesta en marcha de sistemas de alerta de huracanes y tormentas tropicales, con planes de acción ante enfermedades con potencial pandémico, con el Plan de Emergencia DN-III del Ejército Mexicano y las Fuerzas Armadas. En especial se ha preparado con programas para evitar, disminuir o mitigar los efectos destructivos de las contingencias y los desastres, así como la consolidación de una nueva cultura de la prevención y de la autoprotección.
Como parte de este esfuerzo, me alegra mucho hoy el que hayamos entregado a nombre de los mexicanos el Premio Nacional de Protección Civil 2009, a compatriotas que se han destacado por sus contribuciones al fortalecimiento de una cultura preventiva y por sus acciones sobresalientes en auxilio a la población civil.
Felicito muy sinceramente al doctor Roberto Arroyo Matus por haber ganado este reconocimiento en la modalidad de Prevención, porque sus investigaciones han permitido mejorar la seguridad estructural de las edificaciones. Sus actividades de divulgación a través de historietas, por ejemplo, han hecho posible que muchos niños y jóvenes ahora sepan qué hacer antes, durante y después de un sismo.
Además, el doctor Roberto Arroyo ha tenido la valiosa virtud de jugársela por la ciencia y la tecnología en México. A pesar de haber recibido propuestas laborales de prestigiosas universidades extranjeras, ha preferido continuar sus investigaciones en la Universidad de Guerrero, su alma máter, y seguir aplicando sus conocimientos en beneficio de los guerrerenses y de los mexicanos.
Por todo ello, ha sido un honor entregar al doctor Arroyo tan merecido reconocimiento.
Asimismo, felicito sinceramente a los integrantes de la Brigada de Rescate del Socorro Alpino de México, en especial a su Presidente, Jesús Domínguez Navarro, por haber ganado este Premio en la modalidad de Ayuda, porque desde hace más de seis décadas este equipo ha destacado por localizar, salvar la vida o rescatar a montañistas perdidos o accidentados en las zonas más agrestes y de difícil acceso del país.
Reconozco el desempeño profesional, el altruismo y la vocación de servicio de los miembros de esta organización y de todos aquellos que se han avocado, precisamente, al rescate de víctimas en condiciones agrestes de la naturaleza, sea en las montañas, en las grutas o en cualquier sitio donde poner la propia vida en riesgo es indispensable para rescatar la de otros.
La distinción que hoy reciben se suma a las medallas de agradecimiento pero, sobre todo, a la admiración y el respeto de quienes han auxiliado y de todos los mexicanos.
Sé que mientras existan personas como ustedes, dispuestas a ayudar a la gente cuando más lo necesita, podremos confiar en el futuro promisorio del país.
Aprovecho esta ocasión, señoras y señores, para reafirmar el compromiso del Gobierno Federal con la protección y la seguridad de los mexicanos. Para nosotros, la integridad de las personas es el asunto prioritario. Por eso, seguiremos actuando con responsabilidad, trabajando en equipo y con visión de futuro en materia de prevención civil, porque sólo así evitaremos que las tragedias nos rebasen.
En esta temporada de lluvias y huracanes, por ejemplo, el Sistema Nacional de Protección Civil está en alerta para proteger la vida y el patrimonio de los mexicanos; en particular, las dependencias federales participantes están listas para alertar, organizar y en su caso evacuar a la población en peligro y auxiliarla, a la población civil, como ha hecho y lo seguirá haciendo ejemplarmente el Plan DN-III del Ejército Mexicano y el Plan Marina.
Pese a los avances obtenidos, existen aún muchos espacios para la mejora, en especial debemos fortalecer la coordinación entre los distintos órdenes de Gobierno en el marco de nuestro esquema de Protección Civil y responder de manera más eficaz a las emergencias que se presenten, como una muy reciente, sea, por ejemplo, en el paso del huracán, recientemente en la Península de Baja California, o bien muy cerca de la Ciudad de México, en la zona de Tlalnepantla y de Atizapán.
Señoras y señores:
Frente a las contingencias y desastres, los mexicanos siempre hemos salido adelante gracias a la unidad, la solidaridad, la fraternidad y la generosidad. Con la fuerza de nuestros valores y de nuestros ideales; con la fuerza de lo mucho que nos une, estoy seguro de que seguiremos enfrentando y superando estos y otros desafíos de nuestro tiempo.
Convoco a los mexicanos a seguir fortaleciendo nuestra capacidad de respuesta ante cualquier emergencia y a avanzar juntos en la construcción de un México distinto y mejor para todos.
Muchísimas felicidades y muchísimas gracias.

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