Nos llega el siguiente artículo de nuestro amigo Ricardo Infante Padilla, mismo que seguramente verá la luz el día de mañana 21 de septiembre de 2009, en las páginas de DIARIO DE GUERRERO, en su columna DE VEZ EN VEZ:
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OBTIENE EL PREMIO NACIONAL DE PREVENCIÓN CIVIL EL DR. ROBERTO ARROYO MATUS
Por Ricardo Infante
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El sábado 19 de septiembre se recordó un aniversario más del sismo que costara la vida a miles de residentes de la ciudad de México; desgracia producto de dos circunstancias: la primera, la magnitud del fenómeno; la segunda, las fallas estructurales en las edificaciones consecuencia de la falta de previsión de los constructores, los malos cálculos de quienes planearon las edificaciones, y en algunos casos, de seguro la corrupción.
Al presidente en turno Miguel de la Madrid, ni siquiera lo conmovió la desgracia, todos lo vimos en la televisión. Fueron los ciudadanos del D. F. quienes se organizaron y salvaron a los que se quedaron entre los escombros, incluyendo algunos bebés del colapsado Centro Médico.
Esta tragedia motivó que se desarrollara toda una cultura de protección civil en nuestro país, y que se instituyera un premio anual para aquellos que dedicaban su vida, y en ocasiones su mente y sus conocimientos a salvar la vida de los mexicanos.
En esta dimensión se encuentra nuestro compañero y amigo el Dr. Roberto Arroyo Matus, catedrático de la Universidad Autónoma de Guerrero, coordinador del área de posgrado de la Unidad Académica de Ingeniería, poseedor de innumerables reconocimientos nacionales e internacionales, además de ser el autor de una forma de enlazar el concreto con el metal, que se encuentra catalogada como patente en la Unión Europea.
Como señaló en su discurso el presidente de la República: el Dr. Arroyo Matus ha recibido ofertas para trabajar en universidades de otros países; sin embargo, él ha preferido formar ingenieros guerrerenses que sirvan a su estado y a su país, y ha desechado un seguro y mayor reconocimiento internacional por permanecer en su Alma Máter.
Desde luego, el presidente de la república no conoce la modestísima oficina de Roberto; tampoco sabe de su apacible y amable forma de ser, y desconoce que proviene de una de las más humildes familias de la ciudad de Chilpancingo.
El acto fue solemne y hubiese sido de mayor envergadura si se hubiera permitido que el discurso por parte de los premiados hubiese sido el de Roberto, que es una advertencia de las urgentes y necesarias reformas estructurales que necesitan los multifamiliares, las escuelas, los hospitales, y sobre todo las viviendas humildes.
Quiero pensar que no fue un hecho premeditado el evitar la lectura del discurso, y que más bien fue una pifia más del mediocre secretario de gobernación, quien organizó el acto. Por tal motivo, transcribimos a ustedes el discurso que es escasamente de una cuartilla, que considero un documento fundamental para crear conciencia en las autoridades y exigencia por parte de la ciudadanía.
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Por Ricardo Infante
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El sábado 19 de septiembre se recordó un aniversario más del sismo que costara la vida a miles de residentes de la ciudad de México; desgracia producto de dos circunstancias: la primera, la magnitud del fenómeno; la segunda, las fallas estructurales en las edificaciones consecuencia de la falta de previsión de los constructores, los malos cálculos de quienes planearon las edificaciones, y en algunos casos, de seguro la corrupción.
Al presidente en turno Miguel de la Madrid, ni siquiera lo conmovió la desgracia, todos lo vimos en la televisión. Fueron los ciudadanos del D. F. quienes se organizaron y salvaron a los que se quedaron entre los escombros, incluyendo algunos bebés del colapsado Centro Médico.
Esta tragedia motivó que se desarrollara toda una cultura de protección civil en nuestro país, y que se instituyera un premio anual para aquellos que dedicaban su vida, y en ocasiones su mente y sus conocimientos a salvar la vida de los mexicanos.
En esta dimensión se encuentra nuestro compañero y amigo el Dr. Roberto Arroyo Matus, catedrático de la Universidad Autónoma de Guerrero, coordinador del área de posgrado de la Unidad Académica de Ingeniería, poseedor de innumerables reconocimientos nacionales e internacionales, además de ser el autor de una forma de enlazar el concreto con el metal, que se encuentra catalogada como patente en la Unión Europea.
Como señaló en su discurso el presidente de la República: el Dr. Arroyo Matus ha recibido ofertas para trabajar en universidades de otros países; sin embargo, él ha preferido formar ingenieros guerrerenses que sirvan a su estado y a su país, y ha desechado un seguro y mayor reconocimiento internacional por permanecer en su Alma Máter.
Desde luego, el presidente de la república no conoce la modestísima oficina de Roberto; tampoco sabe de su apacible y amable forma de ser, y desconoce que proviene de una de las más humildes familias de la ciudad de Chilpancingo.
El acto fue solemne y hubiese sido de mayor envergadura si se hubiera permitido que el discurso por parte de los premiados hubiese sido el de Roberto, que es una advertencia de las urgentes y necesarias reformas estructurales que necesitan los multifamiliares, las escuelas, los hospitales, y sobre todo las viviendas humildes.
Quiero pensar que no fue un hecho premeditado el evitar la lectura del discurso, y que más bien fue una pifia más del mediocre secretario de gobernación, quien organizó el acto. Por tal motivo, transcribimos a ustedes el discurso que es escasamente de una cuartilla, que considero un documento fundamental para crear conciencia en las autoridades y exigencia por parte de la ciudadanía.
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Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de la República; distinguidos miembros del presídium. Apreciables señoras y señores:
Deseo agradecer primeramente, a mi querida Mama y mi Papa por todo el amor v dedicación que han brindado a su servidor y a mis hermanos. Este premio sin duda alguna es un reconocimiento a su esfuerzo.
Es un honor resaltar el apoyo del Taller de Arte José Clemente Orozco, en especial a los artistas Rubén Iglesias, Ricardo Infante y Francisco Arroyo. Finalmente también un reconocimiento muy especial a mi amada esposa y mis queridos hijos y a toda a mi querida familia, que vino desde Guerrero. Que Dios los proteja a todos ustedes.
Hoy es un gran día porque nos permite recordar que los dolorosos sucesos del 19 de septiembre de 1985 no deben repetirse.
Ahora, el mejor de los homenajes para todas aquellas personas que perdieron la vida en esa triste fecha, lo representan por un lado, las atinadas acciones que hasta la fecha han sido emprendidas por el Sistema Nacional de Protección Civil y por el otro, todo el cúmulo de avances científicos y tecnológicos que México ha alcanzado tras la memorable lección que nos dejó ese tipo de eventos tan extraordinario; el cual paradójicamente se aleja en el tiempo, pero el mismo tiempo se acerca pues la probabilidad de que se genere un evento similar, crece cada día más al acumularse grandes cantidades de energía bajo la costa del Pacífico Mexicano. Esto, en lugar de alarmarnos debe alertarnos y sobre todo, alentarnos a desarrollar muchas tareas pendientes:
Existen en nuestro país numerosos edificios escolares que después de funcionar por más de 50 años ya han cumplido su vida útil. Por este motivo debe emprenderse un programa estratégico para evaluar, y de ser necesario renovar y rehabilitar toda esa infraestructura que pudiese afectar a nuestros jóvenes estudiantes ante el embate de los fenómenos naturales.
Otra tarea pendiente la constituye la evaluación de miles de edificios de tipo multifamiliar que fueron construidos con normas anteriores a las emitidas después del terremoto de 1985, las cuales no preveían los extraordinarios efectos que los sismos pueden producir.
Por otro lado, sólo en el estado de Guerrero, más de la mitad de la población habita en viviendas de adobe. La mayoría de este tipo de estructuras carece de capacidad suficiente para soportar movimientos sísmicos, y son desafortunadamente, muy vulnerables. Por esta razón, es urgente que se implemente un programa social similar al programa “piso firme”. Un programa de “muros seguros”; en el que se evalúen y refuercen las viviendas de adobe con técnicas económicas pero efectivas, a fin de minimizar al máximo su deterioro y daño.
Debe también extenderse, aún más, la cultura de protección civil y fomentar ese tipo de estrategias mediante la difusión efectiva de cartillas para la construcción sismo-resistente de viviendas y de videos con dibujos animados dedicados principalmente a los niños.
Deseo resaltar que todas estas estrategias requieren invariablemente la intervención altruista y fraternal de todos y de todos los niveles de gobierno.
Estas son algunas de las acciones que el equipo de trabajo al cual pertenezco considera deben atenderse de manera urgente a fin de mitigar el riesgo existente. No es tarde, aprovechemos esta oportunidad.
Muchas gracias.
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Nuestros lectores verán que no hay nada que agregar más que el reconocimiento a este distinguidísimo universitario guerrerense, que día con día trabaja con su mente y sus conocimientos para salvar la vida de todos, sobre todo al recordar que está previsto para una fecha imposible de dictaminar, un probable terremoto de una magnitud similar al del 85, pero que como dice Roberto: “No es una cuestión de tener pánico. Es el momento de tomar acciones para salvar edificaciones, y sobre todo vidas”.
Deseo agradecer primeramente, a mi querida Mama y mi Papa por todo el amor v dedicación que han brindado a su servidor y a mis hermanos. Este premio sin duda alguna es un reconocimiento a su esfuerzo.
Es un honor resaltar el apoyo del Taller de Arte José Clemente Orozco, en especial a los artistas Rubén Iglesias, Ricardo Infante y Francisco Arroyo. Finalmente también un reconocimiento muy especial a mi amada esposa y mis queridos hijos y a toda a mi querida familia, que vino desde Guerrero. Que Dios los proteja a todos ustedes.
Hoy es un gran día porque nos permite recordar que los dolorosos sucesos del 19 de septiembre de 1985 no deben repetirse.
Ahora, el mejor de los homenajes para todas aquellas personas que perdieron la vida en esa triste fecha, lo representan por un lado, las atinadas acciones que hasta la fecha han sido emprendidas por el Sistema Nacional de Protección Civil y por el otro, todo el cúmulo de avances científicos y tecnológicos que México ha alcanzado tras la memorable lección que nos dejó ese tipo de eventos tan extraordinario; el cual paradójicamente se aleja en el tiempo, pero el mismo tiempo se acerca pues la probabilidad de que se genere un evento similar, crece cada día más al acumularse grandes cantidades de energía bajo la costa del Pacífico Mexicano. Esto, en lugar de alarmarnos debe alertarnos y sobre todo, alentarnos a desarrollar muchas tareas pendientes:
Existen en nuestro país numerosos edificios escolares que después de funcionar por más de 50 años ya han cumplido su vida útil. Por este motivo debe emprenderse un programa estratégico para evaluar, y de ser necesario renovar y rehabilitar toda esa infraestructura que pudiese afectar a nuestros jóvenes estudiantes ante el embate de los fenómenos naturales.
Otra tarea pendiente la constituye la evaluación de miles de edificios de tipo multifamiliar que fueron construidos con normas anteriores a las emitidas después del terremoto de 1985, las cuales no preveían los extraordinarios efectos que los sismos pueden producir.
Por otro lado, sólo en el estado de Guerrero, más de la mitad de la población habita en viviendas de adobe. La mayoría de este tipo de estructuras carece de capacidad suficiente para soportar movimientos sísmicos, y son desafortunadamente, muy vulnerables. Por esta razón, es urgente que se implemente un programa social similar al programa “piso firme”. Un programa de “muros seguros”; en el que se evalúen y refuercen las viviendas de adobe con técnicas económicas pero efectivas, a fin de minimizar al máximo su deterioro y daño.
Debe también extenderse, aún más, la cultura de protección civil y fomentar ese tipo de estrategias mediante la difusión efectiva de cartillas para la construcción sismo-resistente de viviendas y de videos con dibujos animados dedicados principalmente a los niños.
Deseo resaltar que todas estas estrategias requieren invariablemente la intervención altruista y fraternal de todos y de todos los niveles de gobierno.
Estas son algunas de las acciones que el equipo de trabajo al cual pertenezco considera deben atenderse de manera urgente a fin de mitigar el riesgo existente. No es tarde, aprovechemos esta oportunidad.
Muchas gracias.
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Nuestros lectores verán que no hay nada que agregar más que el reconocimiento a este distinguidísimo universitario guerrerense, que día con día trabaja con su mente y sus conocimientos para salvar la vida de todos, sobre todo al recordar que está previsto para una fecha imposible de dictaminar, un probable terremoto de una magnitud similar al del 85, pero que como dice Roberto: “No es una cuestión de tener pánico. Es el momento de tomar acciones para salvar edificaciones, y sobre todo vidas”.
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