En LA JORNADA GUERRERO, edición del 27 de octubre de 2010, se publicó la siguiente nota:
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Por la calidad educativa en México
Estela Damián peralta
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En la Cámara de Diputados hemos refrendado nuestro compromiso de ahondar en la fiscalización del gasto educativo que se transfiere a los estados, pues no podemos permitirnos opacidad en ninguno de los fondos que maneja el Estado ni la Federación.
Estamos ciertos de que no se debe solapar la opacidad en el uso de los recursos en este sector, así como tampoco generar condiciones de excepción sobre la fiscalización o dejar de ser exigentes en torno a la premisa de mejorar la calidad de la educación.
Lo anterior viene a colación debido a que el monto de la nómina del magisterio en las entidades federativas es un verdadero misterio, ya que cada estado lleva una contabilidad diferente y sus gastos no corresponden con el crecimiento de los servicios educativos.
Resulta preocupante el informe que diera a conocer el Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco), en el sentido de que en México, el caso de la nómina magisterial es particularmente paradigmático, pues su contabilización cambia de un estado a otro.
El estudio titulado “la Caja Negra del Gasto Público”, refiere que la falta de homologación en la contabilidad provoca que encontrar el verdadero nivel de la nómina salarial y su destino se convierta en una labor de investigación más basada en hipótesis que en datos.
Ahí están casos como el del Gobierno de Veracruz, donde ni siquiera se distingue la nómina de los maestros del resto de los trabajadores, mientras que en Durango disminuyó misteriosamente 70 por ciento de 2006 a 2007, sin que se observara una reducción en el número de maestros, lo cual indica que se lleva el registro en otra partida contable que no se conoce.
Tan sólo Campeche, Puebla, Tabasco y Guanajuato registran la nómina en la partida en el capítulo 1000 de Servicios Personales de la Secretaría de Educación, el resto de las entidades separa la nómina de maestros estatales de los federales y lleva dos contabilidades.
Lo único que se puede verificar es la evolución del Fondo de Aportaciones para Educación Básica (FAEB), que son los recursos que el Gobierno federal transfiere a las entidades y tienen como destino el pago de la nómina de maestros.
Entre 1998 y 2008 los recursos del FAEB crecieron 51 por ciento real, pero en ese lapso el número de maestros aumentó solamente 11 por ciento y de alumnos, 5 por ciento.
El Imco recuerda que la última revisión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló problemas con el uso de este FAEB.
Un hecho por demás grave es que el FAEB se utilice para el pago a personas con cargos de elección popular; para transferir recursos a otras cuentas estatales y en general para pagos de conceptos que no deberían financiarse con estos fondos.
El organismo expone que los estados sólo gastan en nómina 20 por ciento de sus egresos, aunque si se contabiliza correctamente la nómina magisterial, considera que en promedio podría representar 67 por ciento del total.
En este marco, resulta fundamental la serie de reformas al sistema educativo que se alistan en el Congreso, con el propósito de obligar al gobierno federal y a los estados a otorgar una educación de calidad, profesionalizar y evaluar a los maestros y contar con un padrón único para terminar con los profesores fantasmas.
Se trata de acciones orientadas a rescatar a México de la marginación y penuria educativa y que lo ubican en el lugar 55 en acceso a la educación a nivel mundial. Más de 34 millones de personas sufren rezago, analfabetismo o tienen apenas cuatro años de estudio. Las poblaciones pobres reciben una educación pobre.
En México, 34 millones de personas están en rezago educativo; 7 millones son analfabetas; 1.4 millones de niños no asisten a la escuela; más de 1 millón 324 mil tienen menos de cuatro años de estudio, y hay un número inestimable de analfabetas funcionales.
A nivel mundial, ocupamos el lugar 55 en el índice Educación para Todos, que mide el acceso a los servicios educativos. De acuerdo con el informe, tiene el lugar 65 en la cantidad de alumnos que alcanza el quinto grado, y el 66 en alfabetización para adultos. Mientras que en el acceso de las mujeres a la educación, está en la posición 58.
La ONU ha advertido que en México existen grandes asimetrías estructurales y desigualdad en la educación. El país enfrenta dos grandes retos: abatir la exclusión que genera el propio sistema educativo y elevar la calidad.
El organismo internacional apuntó que la exclusión de las oportunidades educativas tiene destinatarios muy precisos: Las poblaciones pobres reciben una educación pobre.
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